Caroline, es una chica que nació en la Capital de Chile, pero cambió de ciudad hace muchos años. En la ciudad en la que vive, tiene todo. Sus amigos, y su familia más cercana. No ha vuelto a la Capital en mucho tiempo. Tiene unas amigas a las cuales ama de verdad y un amigo, Noah, a quien cuenta sus cosas todos los días. Son muy cercanos, pero ve que mucha gente no está de acuerdo con esa relación, a Noah le importa, por su reputación. Han inventado tantos chismes y han hecho como si nada, a Caroline no le importa mucho, pero a él sí.
Caroline, tiene 17 años, es amante de la lectura y la buena ortografía. Ama su cafecito en las mañanas muy temprano y es una chica que es muy querida por sus maestros. Trata siempre de agradar a los demás y es algo que a ella le molesta mucho.
» - ¡Hola, Andrea! ¿Cómo estás?
- Hola, Caro, muy bien, ¿Tú cómo estás?
- Excelente, amiga. Amiga, ¿Qué tal si nos vemos este fin de semana y comemos algo? Extraño hablar contigo.
- Claro que sí, a mí también me hace mucha falta.
- Está bien, amiga. Ya me voy a clases, nos vemos en dos días, te quiero.
- Adiós, Caro, ciudate bien, también te quiero.
Hoy tiene que ser un día agradable, entregaré el proyecto de literatura y lo sustentaré. Es algo que debo presentar para poder graduarme, y alcanzar una nota máxima. Me desvelé estudiando y haciendo este proyecto, realmente quiero salir de aquí y entrar pronto a la universidad.
- Caroline Russo, ¿De nuevo tarde a clases?
- Lo siento, profesor, pero me va a disculpar, no he llegado tarde.
- Tal vez no para presentar tu proyecto, pero sí para lo que esperaba.
- No me dijo que tenía que estar más temprano.
- No, es verdad. Sólo quería hablar contigo.
- Dígame. Si es sobre el cartel para el festival literario, ya estoy en eso y está casi listo.
- No, no. No es sobre eso. Quería saber si podrías ir a mi casa después de clases para explicarte la composición del programa para el festival. Quiero que te encargues.
- Sí... Claro. - La idea no me gustó mucho a decir verdad - Estoy libre, iré.
- Perfecto. - respondió él con una sonrisa ladeada.
Me dirigí a mi asiento y esperé a que los demás alumnos llegaran para empezar la clase. Me puse a repasar un poco los puntos que iba a explicar dentro de unos minutos. Pero me distraía a causa de la extraña propuesta del profesor Martswell, no entiendo para qué querría tenerme en su casa para algo académico sabiendo que podíamos reunirnos en biblioteca en los tiempos libres, con suficiente tiempo para abordar estos temas. Aparte de que nunca he sido su estudiante preferida. Por alguna razón siempre fui algo rebelde con él, siempre le objetaba en lo que decía y estaba pendiente a cada palabra que decía sólo para corregirle o aportar algo mucho mejor. El profesor Martswell, era un hombre de algunos 26 años, era algo atractivo, pero jamás me simpatizó por su falta de conocimiento acerca de la materia. Se ganaba todo ese... «respeto» infundiendo terror a sus estudiantes preguntándoles cosas que él sabía que ellos no sabían. Él se daba cuenta y me hacía «la guerra» en cada clase, preguntándome conceptos que él creía que no conocía. Bueno, en fin, todo un embrollo. Y ahora, ¿Me pedía ayuda? Me pregunto qué tendrá entre manos.

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Si quieres, vete.
Teen Fiction«No creo que esto deba funcionar, digo, te quiero, pero nadie está de acuerdo con esta relación, es mejor que dejemos de hablar» Caroline, una chica de 17 años, pierde a su mejor amigo, Noah, por causa de gente mal intencionada. Caroline decide que...