|Capitulo 5|

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Eleanor se despertó transpirando.

Su corazón le latía con fuerza.

Su vista estaba oscura, por lo que decidió abrir los ojos, pero cuándo parpadeó, se dió cuenta de algo realmente alarmante:

No veía nada más que oscuridad.

¿Cómo es posible eso? ¿tener los ojos abiertos, pero a la vez cerrados? ¿o con la vista negra?

Se sentó en la especie de camilla en la que estaba acostada y se asustó aún más.

No sabía dónde estaba, ni porqué estaba allí, ni porqué no podía ver absolutamente nada.

Su corazón latía aún más fuerte que hace unos segundos, y el pánico habia aumentado.

Se tocó el cuerpo, y comprobó que estaba totalmente vestida. Luego se tocó el rostro, y sintió las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Quiso levantarse, pero su cuerpo temblaba de tal manera, que perdió el equilibrio y calló al duro piso.

Dió un grito ahogado y comenzó a llorar en silencio.

No sabía donde carajos se encontraba y no podía ver nada.

Oscuridad completa.

Se sentó y se hizo una bolita, hundiendo su cara entre sus rodillas y con sus manos apretaba sus piernas aún más cerca de su cuerpo.

Pero decidió que no se daría por vencida. Iba a pelear por su vida en dónde quiera que se hallaba.
De pronto recordó algo:

Se encontraba llorando en un cuarto con paredes blancas y una pared de vidrio.
Estaba en la misma posición en la que estaba ahora. Llorando.

De repente sintió unos golpecitos provenientes del otro lado del vidrio: un niño.

Un niño asiatico. La miraba con tristeza, pero luego le sonrió.

-no te preocupes, pequeña, todo estará bien. - habló el niño.

Y seguido de eso, posaron sus manos en el vidrio y las unieron, como si pudieran tocarse.

Justo cuándo terminó ese corto recuerdo, le dió una fuerte punzada en la cabeza.

Gritó de dolor y se tocó la frente. Las lágrimas volvieron y cerró los ojos con fuerza.

Unos minutos despues sintió cómo abrian la puerta de alguna parte de la habitación.

La chica se apegó más a la pared y juntó aún más sus piernas a su cuerpo.

-¿Todo está bien, linda? - pregunto una voz que se acercaba a ella.

Eleanor hizo un nuevo intento por ver algo, pero fué inútil. Y su cabeza le seguia doliendo.

-tranquila, estas bien. - volvió a hablar un muchacho, y la tomó por los brazos.

-¡No me toques! - gritó la chica y lo empujó.

Justo en ese momento, su vista dejó de ser negra, para ver borroso, muy borroso. Pero veía más que hace un segundo.

Pudo distinguír que el muchacho era de su misma altura, y alzaba sus manos en forma de defensa.

Sin decir palabra alguna, la chica se lanzó a correr esquivando al muchacho.

Debido a que su vista estaba demasiado borrosa, chocaba con algunas cosas, y tuvo que disminuír la velocidad al llegar a una escalera.

Bajó con cuidado. ¿Qué rayos me hicieron? ¡¿Porqué no puedo ver nada con claridad?! ¡Mi vista está borrosa! Pensó mientras se agarraba de la pared para bajar con cuidado.

Cuándo llegó al final de la escalera, salió de ese lugar hacia cualquier rumbo.

Corrió lo más rapido que pudo debido que el lugar parecía estar al aire libro y el piso era de pasto.

Corrió a cualquier parte, y siguió corriendo hacia adelante sin detenerse.

Pudo notar unas sombras que trataban de alcanzarla y pararla, pero no se detuvo en ningun momento.

De repente sintió unos gritos que provenían desde atrás de ella.

Decidió disminuír la velocidad debido a que su corazón estaba muy agitado y quiso ver porque y de dónde provenían aquellos gritos.

-¡detenla Minho! -

-¡No dejes que salga! -

-¡Está completamente loca! -

-¡Agárrala, Minho! -

Cuándo volvió su vista hacia adelante, sintió como su cuerpo chocaba contra otro y era rodeada con unos brazos por su cintura.

Calló al piso con aquella persona, y luego de rodar cuatro veces, pararon.

-veo que ya despertaste, pequeña.

Habló la voz de un chico. Eleanor abrio los ojos para encontrarse con el rostro de un chico asiatico, pudo distinguír y sonreía.

-¡¿Qué te pasa?! ¡Suéltame idiota! - le gritó tratando de librarse de su agarre.

-Bien, pero prométeme que no haras nada estúpido, larcha -

-no tengo idea de que signifique eso, ¡Suéltame! - le pegó una patada en su rodilla izquierda y se levantó rapidamente aprovechando que el chico se estaba sobando su rodilla.

-¡Hey, hey! ¡Ven aquí! ¡No lo hagas! - gritaba el chico.

Eleanor seguia caminando tratando descifrar que era ese lugar y a dónde se dirigía.

De pronto sintió cómo unos brazos la alzaban y la colocaban sobre unos fuertes hombros.

-¡Hey, hey! ¿¡Qué haces!? ¡Suéltame! - golpeó la espalda del chico y pataleó.

-Si vas a escapar así, será mejor que no te suelte, ¿no crees? - habló el muchacho sarcástico.

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Espero que vallan entendiendo la historia, y que les guste obviamente!

En el proximo cap van a entender mejor todo, no todo es lo que creían que era! Okno jajaja.

Les mando un abrazo literario, Larchas!♡

•Katya•

¿The Light? |Minho| The Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora