CAPUTULO 6

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Solamente podía limitarme a llorar ¿Cómo podía estarme pasando esto? ¿Por qué el abuelo había hecho algo así? ¿Acaso era ciego?
Yo amaba al viejo pero no podía perdonarle que me hubiera dejado al cuidado de un demonio como lo era Michalis.
El terror era la palabra perfecta para describir como me encontraba en estos momentos y también la angustia me inundaba por la ansiedad de imaginar que no solo yo era la que estaba arriesgando mi vida,si no que toda mi familia. ... Y así fue como el tiempo pasó lentamente hasta el punto de que finalmente nuestra familia cumplió una semana con Michalis como su nuevo integrante.
Con el paso de los días fui agarrándole un poco más de confianza al conjuro que él tenía al ver como éste no se atrevía a ponernos ni un dedo encima, por lo que ya me era más fácil el poder dormir en las noches.
Michalis casi nunca salía de su habitación y eso me sosegaba pero al mismo tiempo me intranquilizaba, aun así trataba de ignorarlo. En este pequeño lapso de tiempo ni su forma tan gélida de ser, ni su mirada llena de vacío cambiaron ni un poco.

La madrugada del quince de Febrero siempre será recordada en mi memoria como el momento más triste de mi vida por una simple razón:
―¿Coco? ―Escuché a mi hermano llamar por mi nombre con voz entrecortada mientras con sus manos tocaba suavemente mi hombro.
Los rayos de sol aún no habían salido, el clima de mi habitación estaba en verdad frío lo cual provocaba a mi cuerpo temblar incluso teniendo colchas encima de él.
Lo único cálido y reconfortante que podía sentir era la mano de Ethan encima de mí.
Lentamente abrí mis ojos confundida por su llamado y me topé con su mirada azul llena de agonía.
Ethan no tuvo que decirme ni una sola palabra para que yo pudiera comprender perfectamente a que venía esa mueca de aflicción. ...Para cuando volví en mí misma estaba llorando consternada, abrazando fuertemente el acogedor torso de Ethan y él hacía lo mismo conmigo; rodeando mi cuerpo con sus grandes brazos de una manera tan fuerte que dificultaba mi respiración. Entre sollozos, gritos, y lágrimas, continuamos por algunos largos minutos hasta que él recibió un texto de nuestra madre; del bolso de sus vaqueros sacó su celular y lo leyó mientras con la otra mano intentaba secarse sus lágrimas.
nos alistemos para el funeral―dijo afligido.
―¿Ellos no van a venir para arreglarse?―Pregunté.
―Veras; él partió a la una de la mañana, por lo cual solamente al enterarse de eso ellos llegaron a la casa, se alistaron y se fueron, no te quisieron despertar, por lo cual me pidieron que te lo dijera en la mañana.
Alístate por que en una hora nos vamos ―se acercó nuevamente a mí y me dio un fuerte abrazo y un besito en la frente.
―GraciasEthan.
Ethan salió de mi recamara, dándome algo de privacidad para poder alistarme; trepidante y extremadamente mareada me paré de mi cama y fui hacia mi vestidor, del cual cogí un vestido corto totalmente negro, medias y zapatos del mismo color. Después me dirigí hacia mi baño donde sin ganas abrí la regadera, me desvestí y tomé una rápida ducha sin cesar de sollozar completamente abatida.
En menos de treinta minutos salí lista de mi habitación y me dirigí hacia el primer piso de la casa, en donde se encontraban mi hermano y Michalis sentados en uno de los sillones: Ethan ya estaba listo, portando un fino traje de vestir, el cual parecía ser de mi padre, resaltando increíblemente su pálida piel con el color azul marino de la vestimenta.
Por su parte Michalis aún se encontraba en pijama con sus oscuros cabellos un tanto despeinados.
―¿No vas a ir? ―Le pregunté a Michalis, el cual parecía estar totalmente desinteresado sobre el tema.
―Solamente seré un estorbo ―contestó mientras le daba un sorbito a su taza de café.
―Lo intenté convencer pero no quiere.
Aparte él tiene razón; la familia de papá no lo conoce y se pueden ofender si llevamos a un "extraño" al funeral.
Ya sabes lo especiales que ellos son ―replicó Ethan mientras se paraba y recogía las llaves las cuales se encontraban encima de la mesita de café de cristal: ―Cuando combinas tu lechosa piel con tus cabellos aún más blancos en ropa negra puedes llegar a parecer un fantasma―admitió al verme.
―Ya quisieras tener mis cabellos blancos.
Los tuyos son café aburrido ―le dije tratando de bromear, pero sin ganas
―¿Por qué te pusiste el traje de papá?
―No tuve el tiempo suficiente como para encontrar mi traje.
Ya en el coche de mi hermano ambos nos abrochamos los cinturones y el comenzó a arrancar, ya que la casa funeraria en donde velarían a mi abuelo estaba a un poco más de una hora de nuestro punto departida.
―Me hubiera gustado que Michalis nos hubiera acompañado―admití dolida ya que sabía que ellos tenían una especia de relación
amo-sirviente y por educación lo más correcto era que Michalis hubiera asistido.
―Ese niño tiene demasiados problemas ―dijo mi hermano sin mostrar expresión alguna mientras manejaba ―intenta no molestarlo mucho.
―Pero yo no lo molesté ―en ese momento estaba demasiado sensible como para discutir con Ethan.
―Cuando él prácticamente dijo que no quería ir no lo hubieras presionado, haz lo mismo con otras cosas que él haga.
Hablo en serio―Ethan guardó silencio durante unos segundos, parecía como que si hablar de este tema le costara trabajo―...Tengo miedo que un día de estos nos haga daño.
Sus palabras fueron como un fuerte golpe para mí: al parecer no era la única que le temía ya que inclusive Ethan, el cual desconocía la oscura naturaleza que se escondía detrás de aquellos ojos azabaches también se sobrecogía:
―No lo hará ―alegué, aunque la verdad ni yo misma podía creer a mis palabras.
Ethan simplemente suspiró rendido.
―¿Porqué no te maquillaste?―Preguntó cambiando de tema.
―Ni siquiera tenía ánimos para bañarme.
Mucho menos para maquillarme―admití mientras jugueteaba con mis cabellos.
―Como quiera te ves linda ―dijo sonriendo―,y es que te pareces a mí.
Por cierto,¿cómo vas con ese idiota?
―Oh, es verdad ―se me había olvidado por completo que hacía unas semanas había terminado una relación de cuatro meses con un joven de mi misma escuela―, no es buen momento para hablar de eso ―me limité a decir y ahí fue cuando me percaté de cómo mi hermano se tensaba del coraje.
Generalmente él solía preguntarme lo mismo todos los días desde que había comenzado a tener novio, con la esperanza de que prontamente le dijera que la relación había finalizado.
―Espero que ése imbécil no te haya hecho nada ―refunfuñó encorvándose un poco hacia delante y apretando con sus manos aún más fuerte el volante.
Descuida, después cuando sea un buen momento te contare. Por mientras presta atención al manejar ya que si chocas el que me hará daño serás tú ―manifesté mientras posaba mi mano encima de su ancho hombro, intentando calmarlo. Ethan exhalo e inhalo fuertemente y con el paso de los segundos se apaciguó.
―Perdón―se disculpó,aun así seguía un tanto tenso.
Una hora de trayecto después finalmente llegamos a la lujosa casa funeraria que la familia había rentado para velar el cuerpo de mi abuelito: era el velatorio más elegante de toda la ciudad y probablemente del país; inclusive tenía habitaciones extras con dormitorios por si los dolientes querían pasar la noche junto al ser querido fallecido.
Como era de esperarse del funeral del décimo hombre más adinerado del mundo, en las afueras del lugar estaba repleto de paparazzis; Ethan me abrazó fuertemente y alzó su fina chaqueta para ayudar a esconder mi rostro de los flashes los cuales él sabía perfectamente lo mucho que me mareaban.
Era más que inaguantable ser acosada por aquellas personas en este fatídico momento de mi vida: con sus luces cegadoras, gritando preguntas al azar las cuales podían llegar a ser muy personales, molestas e incomodas, invadían terriblemente nuestraprivacidad.
―Ignóralos Coco―pidió mi hermano con suave voz.
WAntes de entrar al lugar donde estaban velando a mi abuelo nos preguntaron sobre nuestros nombres para asegurarse que estuviéramos en la lista de invitados y después pusieron unos brazaletes de tela color vino encima de nuestras muñecas, para así identificarnos como familiares o conocidos, y si salíamos del lugar con solamente mostrar aquella manilla podríamos volver a ingresar.
Al entrar a la enorme sala repleta de dolientes, aprecié ahí en frente de mis pupilas aquel finísimo ataúd al final de la multitud, provocando que el nudo de dolor en mi garganta se agrandara aún más.
―No quiero verlo ―murmuré llena de pavor para mí misma mientras mi hermano me tomaba de la mano y entre el gentío nos habríamos paso para acercarnos a aquel cajón.
Al tiempo que más nos acercábamos, más luchaba para poder desatarme de la mano de Ethan y retroceder, pero éste era lo suficientemente fuerte como para poder jalarme sin siquiera percatarse de mis esfuerzos.
―...Suéltame ―murmuré con las lágrimas a flor de piel, pero Ethan siguió sin escucharme.
Para mi fortuna, antes de llegar al féretro Ethan giró hacia la izquierda en donde se encontraban nuestros padres sentados y afligidos en dolor.
Mamá intentaba consolar a papá abrazándolo fuertemente al mismo tiempo que él sollozaba débilmente y con un pañuelo blanco limpiaba sus lágrimas, mientras que otras nuevas salían de sus cristalinos ojoscastaños.
―Que bueno que llegaron. Estaba preocupada porque ya se habían tardado―admitió nuestra madre.
―Losiento,había mucho tráfico―dijoEthan.
Después de eso él y yo nos acercamos a nuestro papá para darle un fuerte abrazo de consuelo.
―Gracias―agradeció con quebrada voz.
―Te quiero papá ―Ethan le dio una cuantas palmaditas en su espalda.
En el instante en el que abracé a mi papá a diferencia de Ethan, las palabras no pudieron salir de mi boca ya que la angustia y el desasosiego le impedían a mi voz emerger.
Después de eso Ethan y yo nos alejamos para darles a nuestros padres un poco de espacio y privacidad y también darles oportunidad a las demás personas para expresar su pésame hacia ellos.
Mientras Ethan se alejaba de mí para ir con el abuelito, yo me aparté en una de las esquinas de la enorme habitación, escondiéndome entre las personas y tratando de evitar a toda costa ir hacia donde reposaba el frío cuerpo de aquel hombre que tanto había estimado y querido.
A lo lejos podía ver como con sus ojos enrojecidos y cristalinos mi hermano se acercaba, se inclinaba y le daba un beso al vidrio del féretro.
"¿Cómo puede tomar las fuerzas para hacer eso?" Me preguntaba atónita. Después me giré para aislarme aún más hasta que topé contra alguna persona a mis espaldas, la cual desgraciadamente no había percibido...

❤MI DEMONIO OSCURO❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora