ACARICIAME EL ALMA(MICHAEL JACKSON Y SILVIA NAVARRO) COMPLETADA

CAPÍTULO 10: EL REGRESO

En su casa, Pilar acuesta a su hijo Adrián y luego habla unos minutos por whatsap con Tatiana, que termina contándole lo ocurrido ese día con los protagonistas de la película.

—¿Pero esa mujer que se está creyendo? ¡Ridícula! No sé como te mordiste la lengua. —le dice Pilar a su amiga.

—Estaba trabajando y además ella es la protagonista. En el fondo tiene razón al llamarme así porque eso soy. Un monstruo —responde Tatiana añadiendo un emoticón triste a su mensaje.

—¡Qué demonios ni que monstruo! Ella es el único monstruo. Menos mal que yo no estaba delante que si no... —escribe Pilar después de agregar unas caras furiosas y enrojecidas a su whatsap.

La asistente de vestuario sonríe tímidamente al imaginar a Pilar presenciando la escena.

—Lo sé. Te la comerías viva —escribe la joven insertando una cara levemente sonriente a su mensaje.

La chica no puede evitar que su cabeza proyecte una imagen de su amiga Pilar. Allí está ella observando la humillación de la actriz a su amiga. La madre de Adrián se aproxima a la intérprete con cara de pocos amigos y le dice.

—Esto es para que vuelvas a llamar monstruo a mi amiga.

Seguidamente la muchacha saca unas tijeras. La actriz se asusta pues no sabe que le va a hacer Pilar. El resto del equipo de la película intentan ayudar a la protagonista pero la amiga de Tatiana no se lo permite.

—Necesitas un cambio de look urgente. —le asegura.

Minutos después la madre de Adrián empieza a dar tijeretazos en el cabello de la ególatra actriz que es de lo que más orgullosa se siente la artista y de lo que más presume, mientras ella intenta impedírselo.

Pilar le corta el cabello de la peor forma que se le ocurre y termina dejándoselo muy corto, con trasquilones. Para rematar le quita las lentillas verdes a la protagonista de la película. La madre de Adrián se dirige a su víctima como si le hablara a un bebé.

—¿Quién es el monstruo  mamá, ahora, quién? Ajo ajo. —dice acariciándole la cabeza terminando de despeinarla.

Todos se ríen.

Al imaginar la escena su compañera se ríe un poco. Sabe que eso no está bien pero es solo fantasía y en cambio lo que su compañera le hizo si es real.

—¡No! Yo no soy así. —se ríe Pilar.

—Pues mi imaginación dice que sí. —responde Tatiana.

Cuando la chica le cuenta a su amiga lo que imaginó Pilar estalla en risas.

—Muy bueno. No sabía que tuvieras tanta imaginación.

—Ni yo. —sonríe la amiga de Michael.

—Oye no me des ideas que lo mismo un día lo hago. —se ríe la madre de Adrián.

Segundos después ambas se despiden y van a dormir.

Amanece en Neverland, el hijo Alejandra se ducha se viste y baja a desayunar. Al llegar a la cocina besa a la cocinera que es como de la familia. Luego besa a sus hermanos Ale, Prince, París y Blanket. Esperando que les sirvan el desayuno, hablan del Rey del Pop y su esposa.

—Ya llevan mucho tiempo fuera. Los extraño. —dice el hijo de la pareja.

—Yo también. Me hacen mucha falta Sobre todo en estos momentos. —responde su hermana melliza rompiendo a llorar.

En ese instante todos corren a abrazarla y consolarla como lo que son. Una familia feliz y unida.

Lejos de allí, la protagonista de la película despierta en brazos de su amante que aún duerme. Le mira con asco, odia su sola presencia y como sus carnes que ya empiezan a estar flácidas debido a la edad mancillan su joven y hermoso cuerpo.
Pero ha de acostarse con él y fingirle amor si quiere seguir sacándole dinero. Enseguida se dirige al baño, se desnuda y se ducha. Frota su cuerpo con fuerza hasta que tiene la piel enrojecida, y llora de rabia por tener que aguantar todo eso para lograr sus fines.

Lejos de allá, la gente comienza a llegar a la localidad donde se rodará ese día. Michael es puntual como siempre y es de los primeros en llegar. En cuanto ve a Tatiana se dirige a ella con una gran sonrisa.

—¿Cómo estás?¿Te encuentras mejor? —sonríe el con ternura acariciando la cicatriz de la chica. —No hagas caso de lo que esa odiosa mujer diga.

Ella se aparta un poco y le responde sin mirarle a los ojos.

—Sí mejor, gracias. Tiene usted razón. Intentaré no darle importancia a lo que esa mujer diga, señor Jackson. —responde ella.

—¿Señor Jackson? ¡Qué formalidad! Me haces sentir un anciano de ochenta años, mujer. —bromea el hijo de Michael. —¿Por qué agachas la cabeza cuando me hablas? ¿Tan feo soy? —bromea de nuevo haciendo pucheros.

—No. Es que usted es quien es quien es y yo quien soy. —responde ella.

—Tienes razón. Es que no nos hemos presentado. Yo soy Michael, encantado. —sonríe con dulzura tendiéndole la mano.

—Tatiana. —responde ella dándole la suya.

En ese momento algo ocurre entre ellos y sus miradas se encuentran.

—Ahora ya no somos unos desconocidos de modo que cuando me hables mírame a los ojos. Todas las personas somos iguales. Nadie es mejor que nadie ni por su dinero, fama o condición social así que todos deberíamos hablarnos de igual a igual. —asevera el actor sin perder la sonrisa. —Hay otra cosa que podemos hacer para no ser unos desconocidos.

—¿Qué? —desea saber ella.

—Tomar un café juntos. —responde él.

Lejos de allí, alguien observa en su cámara fotografía digital unas fotos que acaba de tomar. Son de una de las actrices de la película retozando en la cama con su viejo amante.