Capítulo III

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Dos meses después.

-Buenos días. ¿Me podría dar esas gardenias blancas, por favor?

Mi mundo de derrumbó cuando escuché su voz.

Castiel estaba parado de espadas a mí, tocando su cabello despeinado.

No pensé. Solo lo hice.

Caminé hasta él y lo jalé en un abrazo. Pude sentir de nuevo su escencia y los musculos de su espalda bajo mis dedos. Respiré contra su cuello cuando sentí como se relajaba y enredaba sus dedos en mi cabello.

-Dean...- susurró.

-Me alegra tanto que estés bien.- dije pasando mis labios en la línea de su mandíbula. No había estado así de feliz en mucho tiempo, se sentía tan auténtico.

-Yo estoy feliz de verte, amor.- contestó con su usual y ronca voz- Si tan sólo supieras todo lo que has hecho por mí.- me separé de él, luciendo claramente confundido.- Me salvaste, Dean Winchester.

-¿De qué estás hablando?

-Desperté el día que fuiste al hospital, esa misma noche.

-¿Gabriel te dijo que...?

-Por supuesto. Es Gabe, sabes que es físicamente imposible para él mantener una promesa.- su risa llegó a mis oídos y fue cuando sentí el impacto de lo que estaba pasando. Esto era real.

-No creo que hubiera pasado por mí...

-Dean, los doctores no pudieron explicarlo. En un momento estaba igual que los cinco meses anteriores y de repente estaba despierto, sin ningún tipo de daño permanente. Gabriel simplemente lo supo, por eso no pudo resistirse a decírmelo...- me contó con sus ojos humedeciéndose; eso fue suficiente para creerle. Tomé su rostro con cuidado y lo besé en los labios, sintiendo en la punta de la lengua mi propia versión del cielo.

Castiel Novak estaba conmigo de nuevo. Y esta vez nada me iba a separar de él.

El beso se profundizó con rapidez, pero Cas se separó de mí suavemente.

-Hay que irnos de aquí.- sus ojos tenían esa sombra de deseo que tanto me entusiasmaba, así que lo tomé de la mano y salimos de esa lugar.

Íbamos cinco cuadras más adelante, en dirección a mi departamento, cuando se detuvo abruptamente.

-¡Dean, espera!- me detuve también y vi con curiosidad su sonrisa.- Olvidé mis gardenias.

Una carcajada salió de mi pecho, pensando en lo afortunadas que eran esas flores por haber visto mi historia con Cas.

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Hola :)

Sé que este es mucho más corto que los demás pero de verdad no quería retacarlo de muchas cosas.

Espero le haya gustado el final, próximamente el epílogo. Si quieren que lo haga más largo, comenten y si quieren votar, son libres de hacerlo.

Gracias por leer.

Nos leemos pronto.

Deanna.

*Mueran de amor con la foto x3

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