Mire mi reloj una vez mas antes de volver a mirar por donde se suponía que tenia que aparecer Alicia. Unos minutos después su larga cabellera marrón con ese moño tan particular que ella tenia, apareció por la puerta.
-¡Aliiiiii!- grite mientras corría hacia ella media cuadra. Estupefacta ella se quedo en el lugar y abrió los brazos en acto reflejo.
-¿Sheila?- alcanzo a preguntar antes de que colisionara contra ella e hiciéramos unas maniobras raras para no caer.
-¡La mismísima e inigualable!
Reí a carcajadas mientras ella miraba mi pelo tan particular.
-¿que le paso a tu pelo?
-eso no importa, ven conmigo tengo algo planeado para hoy.- dije mientras agarraba su mano y la arrastraba hacia el lado opuesto de la escuela.
-¿Así tan de repente? ¿sin comer primero?
Me detuve unos segundos para mirar la hora y luego comencé a arrastrarla nuevamente.
-muy bien, almorzaremos primero y luego iremos para allí que queda medio lejos.
-¿a donde iremos que queda tan lejos?
-sorpresa sorpresa, ahora a nutrirnos y luego a divertirnos.- su cara expresaba un poco de preocupación, pero luego de unos segundos se relajo.
-¡suena bien! ¡vamos! - dijo pasándome por el costado y tirando ahora de mi sin saber siquiera a donde íbamos.
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Mi celular comenzó a sonar y atendí al instante.
-los folletos están colocados y yo ya estoy en posición.- dijo Ali al otro lado.
-Muy bien cómplice, lo has echo bien, espero que nos veamos pronto.- acto seguido corte y me coloque la cabeza de panda para luego Salir del baño y comenzar a caminar por el zoológico sin un rumbo en particular.
El plan era fácil y simple. Habíamos colocados carteles míos vestida de panda por todo el zoológico con el numero de Ali en el. Yo por mi cuenta contaba con un collar (echo de tela y cartón) con mi nombre y el numero de Ali en el reverso, tipo perro. Yo caminaría por el zoológico, mientras Ali por su parte sacaría toda su habilidad de actriz y me buscaría desesperada en otra parte del zoo. Fácil y simple, pero divertido.
Luego de unos minutos de caminar me di cuenta que esto no iba a funcionar, había que ponerle un poco mas de salsa a la situación, caminando no conseguiría nada. Vi que todo el mundo llevaba algún tipo de alimento con ellos, ya sea bebida o comida, así que que mejor idea que actuar como un verdadero animal curioso...
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-¡Devuélveme eso panda malo!- me grito una niña de coletas mientras yo tiraba pochoclos a la boca falsa de mi cabeza.
-¡Jamas! ¡¿acaso sabes quien soy yo?!- le dije a la niña poniéndome a su altura. Ella negó con la cabeza y yo me estire intentando verme mas grande.- ¡pues deberías saberlo! ¡has sido asaltada por nadie mas ni menos que el panda de la mala suerte!
-¿mala suerte?
-¡si! ¡mala suerte! ¡siete años de mala suerte para ti, a menos que me alimentes!
La niña no se lo pensó mucho mas y me extendió lo que quedaba de sus pochoclos con una cara al borde del llanto.
-lo siento tanto panda de la mala suerte, toma, te los puedes quedar.
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Solo 50 dias
Humoruna locura cada día. Un final muy temprano. Sheila solo quiere vivir sus últimos días esperando que al morir no se haya arrepentido de nada