35. Guerra

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Lebanon, Kansas.

El sonido de una oxidada pala al hundirse en la tierra era lo único que rompía el silencio sepulcral que rodeaba las afueras del búnker.

Junto al hoyo que iba creciendo conforme el pasar de los minutos descansaba el cuerpo inerte de Lucy envuelto en una blanquecina sábana algo maltrecha.

Josh paró de excavar cuando las primeras luces del alba destellaron en sus claros ojos azules.

Secándose el sudor de la frente con el dorso de la mano observó la nívea tela a sus pies antes de lanzar un largo suspiro, aún le costaba asimilar la muerte de la caoba. Tal vez por ello se había negado a abandonar su cuerpo en aquel motel de Kentucky. Tal vez por ello no estaba preparado para reducirla a cenizas.

El cazador se acuclilló junto a ella y con sumo cuidado, como si de algún modo su tacto aún pudiese lastimarla, la cogió en brazos para depositarla dentro del foso.

-Sé que es tarde para decirte esto. Pero gracias, Lus. -rió sin humor, negando con la cabeza, al darse cuenta de que estaba hablándole a un cuerpo envuelto en una tela. Un cuerpo que ya no era capaz de escucharle. No obstante decidió continuar porque necesitaba sacar aquello de su pecho. -Ojalá existiera una forma de traerte de vuelta.

Cerró férreamente su puño derecho alrededor del mango de la pala en un intento de contener la ira que le arrasaba por dentro, más afectado por su pérdida de lo que jamás le admitiría a nadie.

-Te juro que acabaré con Belial y con todo su séquito aunque sea lo último que haga. -le aseguró antes de lanzar el primer montón de humedecida tierra sobre su cuerpo. -Quien sabe, tal vez nos veamos pronto.

Josh siguió con su tarea mientras en el interior del refugio Ashley junto a los hermanos Winchester y Castiel trataban de decidir la forma de proceder ahora que tenían todo lo necesario para deshacerse de una vez por todas de la amenaza que suponía la primera jerarquía infernal.

-Debemos encargarnos de Belial cuanto antes. -habló Dean con las manos apoyadas sobre la cornisa de la mesa de la biblioteca. Castiel lo observaba tras su espalda con actitud estoica al tiempo que Sam y Ashley asentían de acuerdo sentados cada uno a un lado de su posición. -Si Stolas no nos mintió, cada vez tenemos menos tiempo.

-No va a resultar fácil dar con él. -apuntó Sam con pesadez. -Quiero decir, probablemente haya cambiado de base desde el día en el que le dimos caza.

-Sí... -coincidió Ashley tirando su cabello hacía atrás en un gesto cansado.

-Sois la alegría de la huerta.

-Perdón por no estar dando saltos de la emoción, Dean. -se disculpó sarcástica la ojiazul. El aludido le dedicó una media sonrisilla creída que a Ashley no le costó reconocer. -Espera. Tienes un plan, ¿verdad?

-Yo siempre tengo un plan, nena. -corroboró él, ampliando su sonrisa.

-¿Y bien? -le apremió Sam, inclinándose sobre su asiento para centrar toda la atención en su hermano.

-No iremos a por él. -declaró el ojiverde tras un par de segundos manteniéndolos en vilo. Las miradas de los más jóvenes se clavaron desconcertadas en su persona. -Porque vamos a hacer que él venga a por nosotros.

-¿¡Qué!? -exclamó con incredulidad la rubia. -Este es sin duda el plan más estúpido que has tenido jamás.

-Sí. -estuvo de acuerdo el menor de los Winchester. -Y eso que has tenido un buen puñado.

-¡Pero si ni siquiera me habéis dejado explicarme!

-De acuerdo. Habla. -le concedió un escéptico Sam.

BAD COMPANY [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora