-Despierto.
Personas que desconozco entran y salen de la habitación en la que me encuentro. No se porque estoy aquí, ni siquiera se en donde estoy. La camilla en la que me encuentro es pequeña o al menos así lo siento pero eso es lo de menos, intento incorporarme y un agudo dolor me recorre todo el cuerpo volviéndome a dejar desplomada en la diminuta camilla, miro mi muñeca izquierda buscando mi reloj para saber la hora, pero lo único que encuentro son vendas y rasguños, miro mi otra mano y en esta se encuentra un suero conectado a mi ahora delegada muñeca la cual también contiene algunos rasguños y raspones.
La gente sigue entrando y saliendo sin reparar en mi, y yo comienzo a sofocarme. De un momento a otro ya no soporto estar ni un segundo más aquí y con toda la energía que me queda intento levantarme y cuando logro ponerme de pie entre un señor al que desconozco y que porta una bata blanca sin embargo no logro leer el nombre que tiene impreso en la bata ya que al segundo en el que ingresa a la habitación, el peso de mi cuerpo me vence y vuelvo a caer desplomada al suelo, solo que esta vez todo comienza a verse negro de apoco mientras escucho voces llamando mi nombre. Lo último en lo que pienso antes de perder el conocimiento es en como estas personas saben mi nombre, y con eso en mente caigo en un profundo sueño, justo en el momento en el que todo se vuelve completamente negro y ya no oigo voces de personas desconocidas diciendo mi nombre una y otra vez.-Emma...-