Tu alma en mi reflejo. Capítulo único.

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— ¡No! —despierta gritando.

Soñó con eso de nuevo.

Se levanta de la cama, se dirige a la cocina y se sirve un vaso de agua. Cierra los ojos y de inmediato el recuerdo de sus ojos aparece.

— ¡Mami! —exclama alguien. Ella suelta el vaso, que se rompe en pedazos y abre los ojos.

— Mí amor, ¿qué haces despierta? —pregunta caminando hacia la niña, evitando pisar los vidrios.

— Tengo hambre —responde la niña poniendo una de sus manos en su estómago, mientras con la otra talla su ojito.

La mujer se inclina frente a la pequeña.

— Muy bien, entonces sirvámonos un poco de leche y después nos iremos a dormir —dice ella. Carga a la niña y toma su varita de la mesa —. Reparo —dice, y el vaso se repara solo. Sienta a la niña en una de las mesas altas de la barra y sirve dos vasos de leche.

— Mami, ¿quién es Draco Malfoy? —pregunta la niña inocentemente. Ella abre los ojos ante la pregunta, su recuerdo aparece de nuevo — ¿Mami? ¿Mami? ¡Mamá! ¿Estás bien? —dice la niña al notar que su mamá se ponía pálida.

— Si, cariño, estoy bien —responde reaccionando.

— Entonces... ¿quién es Draco Malfoy? —pregunta de nuevo.

Ella mira a la niña; su cabello rebelde como el de ella, pero rubio... como el de él; sus ojos grises, pero a diferencia de los de él, son cálidos como los de ella; su piel ligeramente bronceada...; toda una... Malfoy...

— ¡Mamá! —grita la niña al notar que su madre no le hacía caso — ¡Dime! ¡Dime quien es él!

— No es nadie..., pero... ¿de dónde sacaste ese nombre?

— De tu habitación.

— ¿Qué? ¿Mi habitación? —pregunta confundida.

— Si, en una carta que estaba sobre tu cama, decía que te la había mandado alguien llamado Draco Malfoy..., es un nombre bonito —explica la niña y le da un sorbo a su leche.

— Ven, mi amor, es hora de ir a dormir —la castaña se dirige a la niña y la carga.

— ¿Puedo dormir contigo, mami?

— Claro, hija, hoy dormiremos juntas —dice Hermione, la niña se recarga en su hombro y de inmediato se queda dormida. Ella sube rumbo a su habitación y recuerdos del pasado llegan enseguida a su mente...

— Necesito de su ayuda, señorita Granger..., o mejor dicho, necesito que ayude a alguien —dijo Dumbledore cuando la castaña cerró la puerta del despacho del director.

Hermione lo miró extrañada. ¿Qué ayudara a alguien? ¿A quién?

— Claro, profesor Dumbledore, ¿a quién? —preguntó intrigada.

— Primero tome asiento, lo necesitara —sugirió el director.

La chica se sentó frente al escritorio, detrás del cual se hallaba sentado Dumbledore. Lo miró más confundida y un poco preocupada.

— Bien, ahora, señorita Granger, sé que lo que le voy a pedir será tanto sorprendente como... molesto para usted, pero aun así espero que acceda a ayudarme —Hermione se puso aún más nerviosa —. Tenía pensado pedírselo a la señorita Lovegood, ya que ella es capaz de ver la bondad en cualquier persona..., pero creo que es demasiado inocente para lograrlo y no lo suficientemente orgullosa para no rendirse hasta cumplirlo, mas no digo que eso sea malo... —la castaña frunció el entrecejo sin comprender, ¿a qué venía eso? Lo cual hizo que se pusiera ansiosa por saber de qué se trataba lo que le pediría —. Pero vayamos al grano; supongo que está enterada de lo ocurrido en la Torre de Astronomía —la chica asintió, Harry le había contado sobre el enfrentamiento que se había dado y que el director estuvo a punto de ser asesinado por Malfoy —, así que también debe saber que el joven Malfoy estuvo a poco de acabar con mi vida —asintió de nuevo —, pero en el último momento decidió no hacerlo y aceptar la ayuda que le ofrecía.

Tu alma en mi reflejo (Dramione) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora