Tony Strak era un hombre mujeriego, arrogante, egocéntrico, narcisista y por alguna razón creía que era una especie de Dios que podía actuar de la forma que quisiera sin tener repercusiones, eso todo el mundo lo sabía. Lo que no sabían era que Tony Stark escondía bajo esa mirada gélida un hombre lleno de heridas, temores y peor aún (así lo veía él), un hombre homosexual...