Capítulo 3.

2 0 0
                                    

Después de que llego Oswaldo y saludar a todos fuimos a comer algo, la verdad me moría de hambre, sólo había tomado un café en la mañana, llegamos a un pequeño lugar que tenía buen aspecto, tenía una decoración como de los 50's algo asi como de rock and roll un lugar muy bonito para mi gusto.
Había un barra con uno bancos que giratorios y en las orillas mesas con bancos en forma de lina alrededor de la mesa, como éramos varios decidieron por una mesa. Todos nos sentamos quedando juntos Francis y Nory, a lado de Francis estaba Oswaldo y luego David, yo estaba a un lado de Nory, justo frente de Oswaldo , el cual no dejaba de verme, la verdad ya me estaba cansando e incómodando, no me dejaba hacer nada, yo platicaba con los demás pero comenzaba a tartamudiar por su culpa, me ponia nerviosa cuando se me quedaba viendo.
Llego una mesera a nuesto lugar y todos ordenamos lo que apeteciamos. La mesera se retiró y Francis y David se levantaron al baño quedando solo nosotros tres.

- Oye Oswaldo, ¿qué hiciste ayer? - preguntó Nory.

- Nada en especial, solo sali por ahí - respondió Oswaldo haciendo que por fin, ¡Por fin! deje de verme, había esperado mucho esto. - con algunos amigos.

- ¿Saliste con "mi hombre"?  - le pregunta Nory remarcando esto último y haciendonos reír.

- Tranquila, a "tu hombre" no lo he visto desde el otro fin de semana

Nory rie y justo cuando iba a volver a preguntar algo su teléfono comienza a sonar

- Oouh! Sorry, tengo que atender a mi hombre

Nosotros reímos y ella sale del lugar a una pequeña terraza, que se encontraba al fondo del lugar.
Bien, esto ya no me esta gustando, no quiero quedarme sola con él, esto es incómodo, porque sólo me ve pero no habla, ¿Por qué diablos se me queda viendo asi? ¿Tengo algo en la cara? ¿O en los dientes?  Estoy comenzando a preocuparme,tengo que ir al baño a ver. Ya me estaba empezando a poner roja, ya sentía calor en mis mejillas, y estoy segura de que ya estoy roja como un tomate. Necesito irme de aquí ¡Díos apiadate de mi! ¡manda a un caballero montando un lindo caballo para escapar con él y ser felices por siempre!

- ¿En qué estarás pensando que te pones tan roja? - dice Oswaldo, con una pequeña risita. Diablos eso hará que me ponga más roja.

- Eeemm... en nada - le respondo tratando de contestar lo más tranquila que pueda.

- Pues no parece. ¿En que piensas? Vamos dime ¿Es algo sucio? Porque estás muy roja - dice esto y suelta una carcajada.

- ¡Claro que no! Tu eres el de la mente sucia.

- Tengo mente sexy, que es muy diferente - dice y los dos nos ponos a reir - pero en verdad te pusiste muy roja, ¿en qué pensabas? - cómo terminar ya con esta tortura. Estaba a punto de volver a negar, cuando llego la mesera llega a entregar lo que habiamos pedido y detrás de ella, llegaron Francis y David y se sentaron cada uno por un lado haciendo que Oswaldo y yo quedaramos juntos.

- ¿De qué nos perdimos? ¿Y dónde está Nory?

- No mucho, solo de que Natalia...

- Nory salió a hablar por teléfono - respondí rápido e interrumpiendolo, antes de que Oswaldo dijera algo más.

- Bueno lo importante es que ya esta la comida aquí - dijo mi hermano.

- Te lograste escapar - me susurro Oswaldo al oido sin que los demás se dieran cuenta. Solo lo volte a ver con su cara de niño travieso.

- Como digas... - y me volteo a tomar mis papas adobadas.

De rato llega Nory y nos dice que se tiene que ir, pero antes se sienta a comer, mientras come, voltea conmigo como diciéndome que tine que algo para decirme, pero no tengo ni idea de que es lo que quiere. Así todos comemos mientras hablan de tonterías. De rato veo que un tipo entra al local donde estamos, es un sujeto alto y rudo, su piel es de color, la verdad da miedo, pero para mi sorpresa, es el novio de Nory, porque ella solo se para de su lugar,  toma su bolso y se va.

Mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora