He vivido en la misma casa desde que tengo memoria, por ende, he sido amiga de Shelby Hamilton desde pequeña. La conocí, exactamente hace catorce años. Teníamos tres el primer día que nos vimos, al menos eso dicen nuestras madres, amigas también, por cierto.
Ser su amiga no fue de lo más sencillo. Teníamos demasiadas diferencias, eramos totalmente distintas, y lo seguimos siendo. Ella es la aficionada al football, mientras yo soy una simple chica en busca de alguna actividad extracurricular.
Con Margot Fisher fue totalmente distinto, la conocimos en una clase de ballet. Ella era la única niñita que se tomaba en serio el baile. Shelby yo pasábamos correteando de un lado a otro junto a las demás. Así que, no duramos mucho en esas clases. De lo cual me arrepiento, ya que, diez años luego empecé a sentir un amor al baile, el ballet, en particular.
Y me sorprende lo duradera que ha sido nuestra amistad, aún con nuestras diferencias, somos amigas hasta el día de hoy, y lo seremos siendo hasta el fin. Al menos, eso espero.
- Quisiera que Ferris se fije en mí este año
- ¿A Ferris el conserje? No creía eso de ti, Margot.
Reí junto con Shelby. Margot me aventó un almohadón.
- Hook, Ferris Hook. -habló ladeando la cabeza mirando su reflejo en el espejo probándose uno de mis vestidos.
- Yo quisiera ser una de las marmotas -la vimos confundidas- Ya saben, el equipo de football femenino.
- Shelby la marmota.
- Eso suena gracioso. -reí
- ¿Y tú, Dolly? -me observaron atentas y con una sonrisa.
- No lo sé -rasqué mi oreja.- Encontrar una actividad extracurricular, ¿quizá?
- ¿Estar con Sean?
Mis mejillas se calentaron.
- Oh, vamos -reí nerviosa- Sólo somos amigos, y no seremos nada más que eso.
Shelby bufó.
- Eso es lo que crees.
Por otro lado, Sean West ha sido mi mejor amigo desde los diez, nos conocimos un verano, el verano en el cual ni Margot, ni Shelby se encontraban en la ciudad. A él lo conocí en la piscina pública... sí, para nada cliché. Mis amigas piensan que me gusta, pero están sobrenaturalmente equivocadas si piensan que lo admitiré delante de ellas.
- Nuestro último año.
- ¡Lo sé, por fin! -Margot se lanzó a mi cama, haciéndome rebotar.
- No sé ustedes, pero yo no quisiera irme de allí.
- ¿Te has vuelto loca? -preguntó Shelby
Me encogí de hombros.
- Terminar la escuela implica muchas cosas, y no estoy preparada para ser una adulta responsable.
- Tienes razón -concordó Shelby
Margot vio la preocupación en nuestros ojos y ella también se preocupó. Nadie aquí quiere ser una adulta responsable.
- ¿Saben qué, chicas?
- ¿Qué? -hablé sin verla.
Shelby rió
- Era una pregunta retórica, Dolly.
- Que este año va a ser el mejor, y lo disfrutaremos tanto como podamos.
- ¿Y el toque de queda?
- No arruines el momento, Dolly. -se quejó
- Ya, ya. Lo siento. -alcé las manos.
- ¿Están de acuerdo? -preguntó Margot
Nos miramos con una sonrisa, bueno, la mía era mas bien una mueca, porque con el toque de queda no se juega. Aunque, esta vez podría ser una exepción. Sonreí
- Lo estoy, y estoy lista para discutir con mamá sobre el toque de queda.
- ¿Y tú, Shelby marmota?
- Seré parte de las marmotas, lo aseguro.
Espero que sea un buen año tanto como Margot asegura.
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El secreto de Dolly
Teen FictionCon un nombre de muñeca, sentimientos indescifrables, bipolaridades extremas, helados que ahogan, amigos que golpean, padres exigentes, madres cariñosas, pericos ladradores e inscripciones universitarias; Dolly intentará sobrevivir a su último año d...