Después de comer decidimos ver una película. Las típicas que ponen los domingos a las 4 de tarde en la tele.
Tampoco es que le estuviésemos poniendo mucha atención a la película. Yo estaba sentada derecha, con las piernas sobre la mesa y Harry estaba con la cabeza sobre mi regazo mientras yo le hacía cosquillas en el pelo.
Era tan guapo... Me encantaba.
-Oye Harry... Estoy aburrida de la película.
-Yo también... ¿Qué quieres hacer?
-Voy a darme una ducha. Después si te apetece salimos a dar una vuelta... O a cenar... O algo. No sé, dime tú.
-Yo también tengo que ducharme...- Dice incorporándose y sonriéndome pícaramente.
Prefiero ignorar su tentadora insinuación.
-Pues... Si quieres me ducho yo y luego te acompaño a tu casa... ¿Vale?
-Vale, bebé- Y me da un beso corto en los labios.
Subo rápidamente a mi habitación y me meto en el baño. Me ducho y salgo. Me visto, lo más abrigada posible y bajo.
-Lista- Sonrío. Harry estaba tirado en el sofá mirando al techo- ¿Está el techo interesante hoy?- Digo riendo.
-Estaba pensando en el cambio que ha dado mi vida desde que llegaste... - Se incorpora y me mira, aún sin sonreír.
No puedo evitar sonreír y sonrojarme.
-Anda, vámonos...
Se levanta, cojo mi abrigo y las llaves y nos vamos.
Caminamos en silencio, algo incómodo. No sé qué decir. Pero entonces su mano se envuelve sobre la mía y nuestros dedos se entrelazan. No puedo sentirme mejor. Sonrío inconscientemente y me pego a él. Me besa la frente y siento un escalofrío.
-Te quiero, nena...
Harry me acababa de decir que me quería. ¿Se puede llegar a querer tan pronto? Supongo que sí. Algo me decía que me estaba enamorando de él.
-Y yo...
Llegamos a su casa y rezo porque no esté Edward. Pero mis suplicas no sirven de nada ya que nada más entrar, Edward se encuentra tumbado en el sofá.
-Hola- Saluda Harry. Yo saludo también, aún soy educada.
-Hola chicos- Vaya, pensé que soltaría alguna que otra grosería.
-Bebé, yo voy a subir a ducharme... Quedate aquí.
-Está bien, pero no tardes. No soporto a tu hermano...- Susurro.
-Te he oído- Gruñe Edward.
Ignoro su comentario y me siento en el sillón.
-Oye, no quiero tener mal royo contigo- Dice- Creo que a partir de ahora voy a tener que estar bastante tiempo viéndote por aquí y no me apetece tener broncas con mi hermano por ti.
-Vale...- Susurro. En realidad Edward daba miedo.
El silencio invade la estancia y no puedo estar más incómoda. ¿Es que no podría tener un hermano simpático? Bufo.
Harry no viene y estoy harta de estar sola, así que me voy a buscar a Harry a su habitación. Entro sin llamar, y me encuentro a Harry totalmente desnudo sentado en la cama. Ahogo un gemido.
-Mierda, Harry... Lo, lo siento- Digo, sonrojada y girandome para salir de la habitación.
El ríe.
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A centímetros de ti. |h.s|
RomansEl destino ha aparecido como una estrella fugaz, entrando en sus vidas sin avisar.