Prólogo

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No podía sacármela de la cabeza.

Era como aquel objeto preciado que de pequeño no dejabas de mirar en los escaparates y deseabas tenerlo cuanto antes.

—¡Ey, tú! ¡Chica, pero espera!—.

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La Chica de la Mochila Naranja •h.s•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora