❖ Capítulo Cuatro: Operación: ¡El pelinegro es nuestro! [Parte 1]

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❖ Capítulo Cuatro: Operación: ¡El pelinegro es nuestro! [Parte 1]

Martes.

El rubio caminaba acompañado de su amigo con derechos. Comentaba una que otra cosa por el camino; y su alegría se notaba de lejos.

Aún no había visto a tres de sus hermanos de la fraternidad y ya quería decirles algunas cuantas bromas.

— ¿Es necesario traer eso? — preguntó Fabián con una ceja alzada. Le resultaba extraño ver al rubio con un par de lápices y un papel.

— Sí, eh esperado esto durante un mes y medio.— le contestó con una sonrisa maliciosa.

El pelinegro rodó los ojos. No podía hacer nada contra las idioteces que se le ocurrían al hijo de Moore.

Se detuvieron frente a un roble, estaba vacío, así que era un buen lugar para un reencuentro. La brisa era algo suave; apenas acariciaba los rostros de los amigos.

Fabián suspiró aburrido, introdujo sus manos en sus bolsillos para sacar una navaja y acercarse al roble para tallar un símbolo.

El rubio le miró curioso, ¿Porque debía dañar un roble que seguramente su padre le reclamaría?

— Oye, deja eso, papá se va a enojar conmigo...— comentó algo serio mientras golpeaba los lápices con ellos mismos.

— "El Gran Moore" no va a saber que fui yo.— le contestó añadiendo sarcasmo en el apodo.

Había terminado de crear una calavera para mirarle a los ojos al chico. Recibió una sonrisa para luego ser halado hacia el rubio.

— Cuidado con tus lápices.— murmuró al sentir unos de los lápices haciendo presión en su brazo.

— Lo tengo...— susurró en sus labios.

Fabián puso una cara seria para alejarse de Zeev, no caería en los juegos del rubio. Este año quería mejorar en sus estudio y no perder todo el tiempo tonteando y satisfacerse con el hijo de Moore. El año escolar pasado estuvo casi por ser expulsado; ya que allí requieren un promedio alto.

Pasaron unos cuentos minutos para que apareciera un joven alto, piel pálida y ojos esmeraldas; además de tener el semblante serio y un libro en sus manos.

— ¿Cha-charlie? — preguntaron los dos con asombro.

Y era por algo impredecible, Charlie Harris un chico serio y centrado en sus estudios se había teñido el cabello de color verde.

Nuevamente, se le dibujo una sonrisa a Zeev.

— Me-me obedeciste, ¿Eh?

— Sólo cumplí una palabra...— comentó sin despejar la mirada del libro.

¿Quién diría que el más serio del grupo aceptara pintarse el cabello de color verde por perder una apuesta?

El rubio rió levemente para sentarse en forma de indio y colocar el papel en suelo.-la cual llevaba palabras escritas.- Colocó los lápices en forma de cruz y dijo:

— Charlie, Charlie...¿Tú me amas?

Fabián no pudo evitar reír, mientras que el de lentes se le veía la ira subir. Dio una suspiro para patear los lápices lo más lejos posible.

Zeev subió la mirada algo asustado.

— No, y dudo que algún día lo haga...

— ¿Porqué?, sí soy irresistible, al menos di que soy guapo...— dijo en forma ñoña para levantarse y abrazarlo por la cintura.

❣ Una Vida Universitaria ❣ © [Yaoi/Gay] |CL: TDCSG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora