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❖ Capítulo Dos: "El nene de papi"

❖ Capítulo Dos: "El nene de papi"

La universidad se llenaba cada vez más, habían nuevos estudiantes y los de los años anteriores. Los cabellos rubios del chico se movían con cada movimiento que hacía. Buscaba a alguien con la mirada, pero sin irse del lugar en donde se encontraba. Sus ojos esmeraldas tenían algunos objetivos; pero ninguno aparecía. Aquel cristal le dejaba ver todos los estudiantes que pasaban con el portón.

El hombre de unos cuarenta y cinco años le miró con el semblante serio detrás de su escritorio. El rubio tomó una de las cortinas gruesas color carmesí sin mucha fuerza. Estaba loco de encontrar al menos uno de los chicos de su lista.

— Estás impaciente, ¿Eh? — mencionó el hombre mientras mirada el reloj en su mano izquierda.

— Sí, no los veo desde hace dos meses.— le dijo sin despejar la mirada de aquel cristal.

Los ojos esmeraldas del chico se dirigieron a los del hombre. Sonrió con descaro pensando en una cosa.

— Voy a buscar al amor de mi vida.

Aunque esto lo haya dicho en tono de burla, el hombre frunció el ceño para asentirle con la cabeza. Pues se trataba de su hijo el que decía aquellas palabras, el problema era a la persona a la que se refiría; su compañero de habitación. Estos habían quedado compañeros desde el año pasado. Ignorando la reacción de su padre, el joven Moore salió de aquella oficina extravagante. Caminó por un gran pasillo hasta quedar afuera.

El rubio; conocido como Zeev Moore, tenía una sonrisa de orgullo dibujada en su rostro. No podía evitar imaginar las reacciones de sus amigos conocidos en el año anterior. Los estudiantes -nuevos y anteriores.- no podía quitarle la mirada de encima. Pues primero el físico de aquel chico era envidiable; sin olvidar que era el chico tan hablado. "Zeev Moore", el hijo del director general de la universidad "Zarek Moore".

Con la frente en alto, Zeev ni se molestaba a mirar a los que le dedicaban la mirada. Se perdió entre los estudiantes hasta que su sonrisa se amplió más. Su mirada se concentraba en un chico alto, de tez color caramelo y ojos oscuros. Su flequillo color negro apenas dejaba ver parte de su ojo derecho, y el cabello le recorría la nuca. Caminaba halando una maleta de ruedas mientras tenía una mochila en su espalda. Una bufanda le acariciaba el cuello.

Zeev se detuvo frente a él colocándo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

— Al fin llegas; amor.— le dijo para morderse el labio y alzar una ceja.

— ¿Me extrañaste? — preguntó sonriéndo con burla.

— Fabián, adivina quién será tu compañero de cuarto; de nuevo.— dijo para tirarle la llave que tenía en su bolsillo; la cual el alto la atrapó con facilidad.

Zeev tenía miles de cosas para decirle a su mejor amigo Fabián; pero antes de abrir la boca el chico habló.

— ¿Haz visto a los demás?

El rubio lo miró con la mirada perdida; eso significaba que en el poco tiempo que llevaba no había visto a ninguno.

— No, y eso que Charlie siempre llega temprano a todo.

— De seguro aparecerá.— dijo sin importancia.

Zeev llevó a su compañero a su nueva habitación. Era una distinta a la del año pasado; pero cómo era de esperarse, la habitación era espaciosa y con una gran vista.

Obviamente el rubio la había escogido; bueno, eso se puede hacer cuando eres el nene de papi.

Ya dentro de la habitación, las cosas de Zeev estaban puestas.-desde hace unos días.- Fabián no perdió el tiempo para comenzar a sacar sus cosas y acomodar todo.