GRACIAS A TI, SOY LO QUE SOY

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8am. La campana suena, escucho el barullo de los demás estudiantes gritando, hablando fuerte o simplemente discutiendo algunas materias.

"¿Hiciste la siete?, ¿cuánto te salió?"

"¿Hace cuánto que están saliendo?, ¿besa bien?"

"¡Aish!, mis padres no me entienden".

Miles de comentarios llegan a mis oídos, y por más que trato de evitarlos, no puedo, sin querer escucho esas conversaciones que siempre hay hasta que el profesor llegue. El primer curso es Álgebra, y yo, tan cabeza hueca que suelo ser, olvidé hacer la tarea. Sólo eran 10 ejercicios, y, aunque no me considero un chico prodigio en matemáticas, me defiendo, aunque con la concentración que llevo, apenas voy en la 5.

- ¿Aún no terminas la tarea?, aligera esa mano, que ya viene el profe -la voz de mi mejor amigo, Min Hyouk, me alienta.

Aunque no puedo culparlo, ya que la responsabilidad de realizar las tareas es de cada alumno, no me hubiera molestado que me avisara el día de ayer cuando fuimos al Mall Center para jugar.

- Trato de hacer lo mejor que puedo, no me apures, y más bien tápame, para que el profe no se de cuenta.

Min Hyouk resopla, mueve la silla y se sienta delante mío.

- Sabes que ni tapándote te salvas, cuando el profe llegue, te...

- ¡Silencio!, ¡Vuelvan a sus asientos! -el profesor Doo ya había llegado. Veo la hora, 8:05am. Detesto que se le ocurra ser puntual justo cuando se me olvida hacer su tarea.

Todos nos paramos, Min Hyouk aclara su garganta, y ordena a los demás a saludar de manera correcta. Luego de un momento, el profesor nos da permiso para sentarnos. Sin perder tiempo, vuelvo a copiar la tarea de Min Hyouk, rogando por que al profesor Doo se le ocurra iniciar la clase con alguna de sus anécdotas.

- Bueno, ya saben que hace tres días dejé una tarea -no, no, no- así que, alisten sus cuadernos, abran la página donde están sus ejercicios resueltos, y se acercan a mi pupitre -mierda.

- ¡Ahn Jae Hyo! -odio tener este apellido, lo odio, lo odio...

Me levanto desganado de mi carpeta, y me acerco arrastrando mis pies al pupitre del profesor Doo. Revisa los ejercicios.

- Creo que dejé diez ejercicios, Ahn, no cinco y medio.

- Disculpe, olvidé la tarea y empecé a resolverlo hoy mismo -mantengo mi cabeza agachada.

- Comenzamos mal el año Ahn. Tienes que ponerte las pilas si no quieres tener números rojos en tu libreta. Ya puedes retirarse. ¡Bae Yong Gyu!

Regreso a mi carpeta, me siento y veo el tremendo "10" en rojo que tengo en mi cuaderno.

- Jae..¡Jae!, mi cuaderno, pásamelo.

Se lo paso por un costado para que el profesor Doo no se de cuenta. Me desparramo sobre mi carpeta, mientras observo la ventana, que está a mi costado.

Mi salón está en el tercer piso, y la ventana me muestra el patio, donde una clase está en curso de Educación Física. "Qué divertido". A veces quisiera estar ahí, al menos podría relajarme, pero luego recuerdo que soy muy flojo para correr, saltar, trotar, y cualquier cosa que tenga que ver con desgaste físico, por lo que las ganas se me pasan.

Me pierdo mirando el exterior, esperando que el profesor termine de revisar los 35 cuadernos de tareas, cuando escucho su nombre. Ese nombre que, desde el año pasado, hace que mi estómago sea una jaula de mariposas, y mi corazón quiera salir corriendo hacia ella. Sí, sé que suena cursi, pero ella es todo lo que quiero ahora. Sé que es muy pronto, apenas tengo 15 años, pero igual, su belleza natural es muy hermosa, su sonrisa mejora mis días, el movimiento de sus caderas, agitando su falda de un lado al otro, al igual que su cabello, todo en ella es hermoso, aunque sé muy bien que no sólo ante mis ojos. Podría asegurar que al menos siete hombres están interesados en ella, y todos son muchos más apuestos que yo. Claro que yo también soy guapo, pero contra ellos, pierdo. Suspiro al verla sonreír, al verla recoger un mechón de su cabello, al verla pasar regresando a su asiento, al verla reír con sus amigas.

I'LL TREAT YOU BETTER NEXT TIMEWhere stories live. Discover now