Jueves a la tarde, y si, hoy lloré para no irme.
Lloré para no irme de una vez, de un mundo, con demasiada soledad, pero lleno de gente.
Lloré mientras veía la vida pasar, mientras miraba desde detrás de mí ventana.
Hoy lloré cuando salí de mi casa, sin un destino fijo, y mientras caminaba me sentí tan solo, con tanta gente alrededor.
Hoy lloré cuando me di cuenta de la inmensidad del vacío en mi vida.
Hoy lloré, porque ya no sé con qué llenarlo.