La Rabia y El Rencor

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El motivo más obvio para perdonar es liberarnos de los efectos debilitadores de la rabia y el rencor crónicos. Al parecer, estas dos emociones son las que más convierten el perdón en un desafío, a la vez que en una grata posibilidad para quien desee una paz mayor. 


Se ha comparado el resentimiento al acto de tomar veneno esperando que la otra persona muera... 

De hecho, la palabra resentimiento viene de resentir, es decir, volver a sentir intensamente una y otra vez. 

Los beneficios que obtenemos al aferrarnos

Para muchos de nosotros, dejar marchar la rabia y el resentimiento supone un gran riesgo, porque nos parece que obtenemos algo al aferrarnos a ellos. Estos beneficios, llamados «ganancias secundarias», suelen ser inconscientes y tienen mucho poder hasta que tomamos conciencia de ellos y descubrimos formas de reaccionar más sanas.

Corazón sin condición ¡Si claro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora