Capítulo 1.

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Sabía que debía concentrarme en clase y que debía prestar atención pero era casi imposible luego de haberme quedado hasta las tres de la mañana con Holly. No era algo que solía hacer siempre pero, cada tanto, nos juntabamos para ponernos al día.

Holly era mi mejor amiga y, a pesar de no ser muy sociable, ella era la única que me entendía y con la cual disfrutaba pasar el tiempo.
Decidí enfocarme un poco más en lo que el Prof. Smith estaba compartiendo con la clase. Levanté la cabeza que se encontraba rendida ante la tapa de mi libro de Historia y miré el pizarrón ;

- Holly Mars ¿podría repetirme lo que acabo de explicar sobre la Revolución Francesa? - preguntó el profesor. «Pan comido» pensé mientras volteaba a mi derecha para contemplar a mi amiga. Sus ojos de un azul cielo estaban pasmados y, en señal de nerviosismo, comenzó a acaricíar su pelo, marrón lacio.

- Si... - tomó el libro nerviosa - ¿La Revolución Francesa había dicho? - el asintió con la cabeza indicando el pizarrón donde estaba escrito "Revolución Francesa".

- Perdone, lamento interrumpirlo Profesor pero creo que no especificó que es lo la señorita Mars tiene que explicarle porque la Revolución Francesa tiene muchos aspectos. Por ejemplo que fue un conflicto social y político, la cual convulsionó Francia y a varios países de Europa - el me miró frunciendo el ceño, sabiendo perfectamente lo que acababa de hacer.

- Era justo lo que la señorita Mars tenía que explicarme pero gracias por arruinar la clase oral Stewart - volvió a sentarse y continuó hablando. La mano de Holly tomó la mía con fuerza ;

- Gracias.

- Por nada - la miré y esbozé una sonrisa.

- ¿Después de clase, la cafetería? - preguntó Holly apoyandose sobre mi casillero con una sonrisa en el rostro. Lo cerré y me dirigí a ella ;

- Sabes perfectamente que no puedo, tengo que estudiar. El exámen se acerca...

- ¿¡Se acerca!? - preguntó tomandome de los hombros - ¡Faltan dos meses! - gritó y todas las personas del pasillo voltearon.

- ¡Chss! - tapé su boca con la mano - Me encantaría pero no puedo...

- Stella no va a enfadarse, sabes como es ella ¡despreocupate un poco!

Stella era mi tía, la cual se hizo cargo de mi la mitad de mi vida. A los ocho años mis padres salieron de luna de miel, habían planeado irse a las Bahamas. Tomaron el avión en el aeropuerto de Miami donde fue la última vez que los ví ya que, al pasar por el triángulo de las Bermudas, el avión desapareció sin dejar ni un rastro. Fue devastador, aunque Stella lo hizo bastante bien, nunca voy a dejar de extrañarlos.

- No lo hago por Stella - comenzé a caminar dirigiendo a la clase de Aritmética - Lo hago por mi...

- ¡Vamos Charlie, hazlo por mi! ¿Vienes? - comenzó a balancearme de un lado a otro hasta que finalmente le dije ;

- ¡Está bien! Pero solo unas horas, dos como máximo luego te llevo a casa y me voy, si? - ella asintió feliz mientras salía corriendo por el pasillo de la escuela, saltando de la alegría de que finalmente me dignara a salir con ella.

Miami Beach no era un lugar para nada frío, al contrario, hacía calor todo el año. Decidí optar por unos vaqueros y una camisa color roja. Peiné mis bucles rubios y no me pinté ya que Holly siempre me decía que mis ojos verdes resaltaban más sin maquillaje. Bajé los peldaños de la escalera como un rayo, se me estaba haciendo tarde...

- ¿A dónde vas? - preguntó Stella desde la cocina, con una olla en la mano.

- ¡A la cafetería! - grité tomando las llaves - ¡Vuelvo en dos horas!

- ¡Ten cuidado!

Fueron las últimas palabras que oí antes de cerrar la puerta de la casa. Subí a la mini van que me había regalado Stella hacía tres meses para mi cumpleaños 16. Coloqué las llaves y me dirigí directamente a la casa de Holly. Al llegar a su departamento le envié un texto ;

"Estoy afuera "

Al instante Holly abrió apresurada la puerta principal del edificio y corrió hacia la mini van. La saludé haciendole señas y entró al coche ;

- ¡Llegas tarde! - exclamó sentandose de brazos cruzados.

- Estoy muy bien gracias, vamos? - repliqué irónicamente.

Nos dirigímos hacia la cafetería del centro donde se encontraban todos los adolescentes de la ciudad. Jamás me había gustado el lugar, la única que me obligaba a ir ahí era Holly. Aunque hubo algunas veces que pude escaparme de ella y cruzar al otro lado de la calle, hacia la playa. Y eso era exactamente lo que tenía planeado hacer hoy...

Llegamos a la cafetería y estaba repleta. Los deseos de quedarme en la mini van hasta que pasasen las dos horas eran inmensos pero no podía defraudar a Holly. Bajamos del coche y nos dirigimos hacia el local, viendo varias caras conocidas de la escuela. La música retumbaba en mis oídos y todas las mesas estaban ocupadas, no había ni una sola libre...

- Creo que voy a ir al baño - tomé a Holly de la mano - Esperame aquí.

- Bueno pero apresurate. Mark Wood está a punto de hacer un strip-tease - Holly señaló la barra donde se veía a Mark bailando, borracho. Reí al verlo y luego me dirigí al baño, escaleras arriba.

Apenas entré al baño se encontraban algunas chicas de la escuela con las cuales nunca había hablado pero estaban conmigo en la clase de Biología. Coloqué jabón en mis manos y prendí el grifo de agua, en el mismo momento que las chicas se fueron. Comenzé a lavar mis manos, para perder algo de tiempo y no tener que bajar una vez más...

Sequé mis manos y deslizé mis dedos por mis bucles, dandoles algo de forma pero cuando me volví una vez más al espejo un jóven se encontraba detras mio. Dí un grito ahogado por el susto e involuntariamente caí al suelo ya que me había sorprendido bastante...

Me levanté ayudandome con las manos y voltié para buscar a aquel chico misterioso, a aquel desconocido que por alguna extraña razón se encontraba en el baño de chicas... observandome. No estaba, se había ido...

Me mordí el labio con tal fuerza que comenzó a sangrar y no dejaba de hacerlo. El corazón no dejaba de latirme y no podía quitar de mi cabeza la imagen de aquel chico, misteriosamente atractivo.

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