-Y....¿Que pasó después? No te quedes ahí callada pensando.
-Perdón, es que estaba recordando como sucedió todo exactamente...
-Bueno, pues ¡Habla!
-Me acerqué y le pregunte que tal. ¿Lo lógico no? Pero solo se quedó ahí mirandome...Entonces le pregunté como se llamaba y respondió Leonardo. Era de Brazil. ¿Podía ser mejor? No.
Hablamos un rato sobre cualquier cosa, el no entendía lo que yo decía y yo no entendía lo que decía el, pero de alguna manera nos comunicabamos. Hablamos por unos minutos, no mucho, pero sentía que ya lo conocía. Volvimos a donde estabamos y entramos a la discoteca para bailar...y bailamos toda la noche.
Y desde ese día el viaje cambió completamente, fue increible. No había momento en el que no estuviera feliz de estar ahí, la mejor semana de mi vida, conocimos peedonas de otros paises, bailamos, fuimos a la playa...¿que podría haber sido mejor? Parecía un sueño de una semana. Nunca la había pasado tan bien, cada minuto que pasaba creaba un dia perfecto y los dias pasaban para dar paso a la semana perfecta. Claro que me molestaba siempre estar buscando a Leo a donde iba, no importa donde estaba, volteaba la cabeza un par de veces para ver si lo veía. Aunque al final no pasó nada entre nosotros, creo que tengo q agradecer si quiera haber tenido su atención.
La última noche volvimos a nuestra habitación alrededor de la 1:30 am, había sido increible, pero a diferencia de las otras cinco, mi noche no habia terminado. Leo me habia mandado un mensaje diciendo que no se quería ir y le dije para escaparnos un rato juntos para despedirnos...y asi fue. Nos encontramos en el piso 11 y nos sentamos a conversar y tomarnos fotos. Delanada, se paró, dijo algo en portugués y comenzó a correr por los pasillos, lo perseguí, luego yo corría y el me perseguía. Hasta que me tuve que ir y nos despedimos. Lo abrazé.
-Nos vemos- me dijo
Y reimos sabiendo que eso no iba a pasar.
En fin, el viaje terminó y todos los momentos increibles se quedaron en el crucero, porque nunca se volverían a repetir.
Todavia pienso de vez en cuando en Leo, han pasado veinte años y todavía pienso en el.
-¿Daniel no se pone celoso?- digo, es tu esposo y tu sigues pensando en un brazilero que conociste hace una eternidad.
-No para nada, ustedes saben que a Daniel lo conosco desde antes y desde que le hable no he dejado de pensar en el. Hablando de Daniel, creo que debería llamarlo y decirle que valla comprando el coche para el futuro bebe.
-¿Hombre o mujer?
-¿Que?
-¿Hombre o mujer?- preguntó denuevo el mesero que se estaba llevando las tazas de café.
-Ahhh, uno de cada uno. Son mellizos -dije
