Empecé el instituto, no sabía mucho del idioma pero mis compañeros me recibieron muy bien. Me trataban excelente, me apoyaban.
El problema empezó cuando me dijeron de que jugáramos a un juego dónde una tenía que atrapar al resto, pues yo por mi religión no podía tocar a ningún chico. «Es pecado.» Yo dije que no podía jugarlo, por lo que me miraron y se rieron, en la clase no me sentaba con chicos y si por casualidad alguien se sentaba a mi lado, yo salía de allí o les decía que se fueran.
Ahí comenzó todo.
Me trataban como un bicho raro, ¿por qué?
No había hecho absolutamente nada, sólo seguía el mandato de Dios.
ESTÁS LEYENDO
Sufriendo por ser Musulmana
Teen FictionVivir siendo musulmana en un país occidental, es peor de lo que crees. Mi vida se convirtió en una mierda. El dolor, la inseguridad, y las ganas de morir llenaron mi mente. Llegué a odiarme al punto de querer suicidar, al punto de ya no ser capa...