Soledad y dolor ¿cuándo acabarán?

67 9 0
                                    

Alex se dejó caer de rodillas, respiraba entrecortadamente, apenas podía moverse. Levantó la mirada, ya no estaba en el callejón, en lugar de ello, estaba en una plaza, era de noche. Reconoció el lugar, había estado ahí antes, con su madre. Estaba en Los Ángeles.

Los monstruos que lo habían atacado a él y a Thomas estaban a su alrededor, acercándose peligrosamente. Haciendo un enorme esfuerzo para moverse y ahuyentar el cansancio que tenía y las ganas de ponerse a dormir, levantó su daga y se lanzó contra los monstruos.

Se dio cuenta de que no podía ganar esta batalla, no él solo. Miró a su alrededor, buscando a Thomas, al no encontrarlo, unas terribles ganas de llorar lo inundaron.

Estaba solo, apenas podía seguir luchando y los monstruos parecían no acabarse nunca, pero no podía permitirse ser derrotado ¿y si Thomas estaba a unos metros de él? ¿y si estaba herido detrás de aquella fuente?¿o detrás de ese bote de basura?

Esos pensamientos le dieron fuerza. Luego de unos largos minutos, algo que a Alex le parecieron horas, por fin el ultimo monstruo se convirtió en polvo.

Miró a su alrededor preocupado, no sabia como había llegado a Los Ángeles de esa forma, pero lo sinceramente, lo único que ocupaba su mente era Thomas. Buscó por todas partes, lo llamó a gritos e incluso lanzó un par de maldiciones y amenazas hacia el chico negriazul.

Pero no estaba por ninguna parte. Derrotado, Alex se hizo un ovillo en el suelo y comenzó a llorar. Estaba solo y perdido, como antes. Luego de unos minutos, se limpió las lagrimas y se levantó, estaba demasiado cansado, sus ojos se cerraban en contra de su voluntad, pero aun así se las arreglo para caminar y buscar un lugar donde esconderse.

Pasó al menos una hora caminando, hasta que encontró un callejón donde esconderse, vio a lo lejos una cafetería. Su hambre había aumentado considerablemente luego de lo sucedido. Fue tambaleándose hasta la parte de atrás del local y se las arregló para entrar y robar algo de comida.

Fue corriendo de regreso al callejón y, aun haciendo esfuerzos para mantenerse despierto, devoró todo y por fin se permitió descansar, no sin antes recordar con dolor que Thomas ya no estaba a su lado.


DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora