Odette prontamente cumpliría 16 años. Por lo que ya debía casarse para cumplir con el propósito de convertirse en la nueva reina de Twilight,el reino de luna y oscuridad.
Era la única hija del viudo rey, el cual cuidaba a la pequeña como su posesión mas preciada; La única familia que le quedaba,ya que,su esposa falleció al momento de haberla concebido.
Pálida,ojos azul oscuro como la inmensa noche, cabello negro, mejillas rosadas que le dotaban de un rostro angelical y labios rojos como la sangre.
Odette era el mundo para su padre.
Hoy era el día en el que la paz con Altaria se firmaba y se acabarían los conflictos entre Twilights y Altarianos; con la planificación de la unión entre la princesa Odette y el príncipe de Altaria, Paige .
Odette miraba por la ventana del carruaje observando los árboles de flor de luna;Mientras pasaban por el bosque del enigma, el cual separaba antes con una barrera protectora a cualquiera que intentara cruzar al otro lado.
Por mucho tiempo, después de la separación de las Diosas los Altarianos intentaban adentrarse en el bosque con el propósito de encontrar a los niños que luna y oscuridad habían arrebatado de las familias.
Ninguno de los que alguna vez se adentraron en el bosque del enigma volvieron alguna vez.
Se dice que un espíritu ,el caballero de la media noche siervo de luna y oscuridad, torturaba a los Altarianos decapitándolos para después beber en su cráneo en mucha de sus andanzas nocturnas.
Claro, eso sólo era una leyenda.
Su padre se la había contado después de mucho tiempo de haberla guardado con recelo por venir "del otro lado".
Deseaba de corazón que esta boda arreglada se deshiciese para así poder amar a un hombre por el que ella sintiera amor; deseaba conocer a adolescentes de su edad y salir a cabalgar y divertirse;Y no tener que casarse con un completo extraño, al cual no conocía,no había visto antes ,no tenía sentimientos hacia el ni mucho menos sabía que clase de persona era y esto le asustaba.
Si tan sólo pudiese escapar...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por que el carruaje se detuvo, el lacayo abrió la puerta y ya era hora de que bajase.
Sentía miedo de hacer algo mal.
Sentía miedo de que pensaran que era mala.
Sin pensarlo dos veces tomo el valor suficiente y se decidió a salir.
El lacayo le dio la mano y la recibió cortésmente, bajando así por las escaleras de plata del carruaje.
Odette se sentía totalmente observada por millones de ojos Altarianos que la miraban detenidamente como algo que jamás habían visto,algunos con miedo; otros con desinterés.
Caminó por la alfombra blanca larga que llegaba a la entrada la cual tenía dibujos de soles, mientras todos los presentes hacían una reverencia.
