V.

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Aún sentados en las sillas tomando el almuerzo, pude disfrutar eso bellos minutos, que fueron para mí los más importante en la semana, pude observar como Louis miraba desde mis zapatos hasta mi cabello. Como cada momento tiene su fin, llego Tamy y seguimos hablando como antes, el timbre sonó y me despedí de Tamy y de Louis. Fue una lástima que Louis y yo no estuviéramos en las clases juntos.

Diablos, no podía creer que estos pensamientos estuvieran en mi mente, no era una pena, no. Si, si lo era, pero al menos sabía que cada receso podía pasarlo con él, que cada segundo que me demorará arreglándome valdría la pena, si es que a Louis le gustaba mi forma de vestir.

De repente me di cuenta que iba tarde, Dios perdí mucho tiempo pensando en él otra vez.

Entre rápido a la sala de cambio que tenía el salón de gimnasia, mi casillero era el número 44. Tenía candado, y la llave la llevaba siempre en mi maletín. Dentro de él llevaba siempre ropa de repuesto, sabría que tarde o temprano me serviría.

Cada vez que veía la ropa de repuesto recordaba en mi anterior escuela, como algunos chico tenían más de un par de camisas ahí, esto se debía a que era fastidiados por otros, lanzándoles pintura o tierra, como Ashley McWaters la chica de mi salón que era molestada por su forma de vestir, le lanzaban papeles llenos de agua y pegamento, e inclusive le lanzaban basura a su ropa, le colgaban sus camisas en el asta de la escuela haciéndola ir a su casa con su sostén pantalones y sus botas negras. Por ella empecé a darme lo cuenta lo mala que era la gente en la escuela, que la esperanza en hacer un mundo sin gente tan intransigente o tan descorazonada era la idea más imposible del mundo. A mitad de curso Ashley McWaters empezó a llevar más de 4 pantalones en su mochila y 2 camisas distintas por si las cosas se ponían rudas a la hora de hacer gimnasia, aún escuchaba como todos se reían de ella por usar ropa diferente, escuchábamos como lloraba en los baños, y aun así nadie hacía algo, ni los maestros, ni sus padres, ni yo.

Al recordar todas estas anécdotas vino a mi mente la idea de concentrarme por hoy en algo que no fuera Louis, al terminarme de cambiar fui a la pista de carreras para la clase de gimnasia. Mi cabello como siempre estaba un poco largo, más de lo común, lo tenía recogido con una liga que tenía desde que note que mi cabello estaba más largo de lo normal, como siempre en gimnasia las chicas me preguntaban como estaba, yo siempre las he ignorado de una forma ni tan cortante ni tan grosera, como siempre me preguntaba qué haría después de clases, les decía que andaba ocupado, ellas sin creerme me decían que era mentira y se iban decepcionadas.

Sentía lástima por las chicas que las insultaban por su forma de ser, por lo calladas o simplemente por ser como eran en su forma física, entonces cada vez que pedían hacer parejas me hacía con alguien solo, esta vez me hice con una chica cuyo cabello era corto, de color rubio, tenía los ojos marrones y su voz era muy quebradiza, tenía algún problema en las cuerdas vocales según me contaba ella, su nombre era Olivia Morrison. Estábamos en el patio, estábamos preparándonos para un partido de soccer.

Le pasaba el balón a Olivia y ella lo pateaba igual, hasta que ella me lo paso un poco fuerte y se rio cuando lo lanzó lejos, su risa no era tan quebradiza como su voz, pero era lindo verla sonreír y no llorando por las chicas que la molestaban. Fui corriendo por el balón, Olivia lo lanzó demasiado lejos, mis pantorrillas se veían raras con el pantalón corto  que llevaba de gimnasia, al acercarme al balón, me di cuenta que el grupo de Tamy estaba al otro lado del campo de futbol, estaba igual Louis. No podía creer que me mintió, ¿porque me dijo que tenía otra clase? ¿Porque me mentiría?

Me sentía como un estúpido, a unos 10 metros de mí, veía como jugaban futbol. Estaba aún boquiabierto, no me quería ir ni quedarme en clase, sentía algo en mi corazón. No sentía dolor, o calor por el sol tan fuerte era igual a lo que mamá sentía cuando yo le decía mentiras o lo mismo que sentían las chicas a las que rechazaba aunque fuera de forma decente. No lo podía contener y sólo estuve ahí, mi cuerpo no reaccionaba al ver a Louis del otro lado de la pista jugando futbol, aunque mi mente decía "Debe ser mitad de clase, inglés y gimnasia".

Aunque pensará en esto, mis ojos no soltaron ni una lágrima, o algún sollozo. No recordaba a Olivia que aún me esperaba cerca de la pista para seguir practicando, no recordaba que el sol estaba quemando mis mejillas.

***


Olivia era una buena chica, me recordaba a una pelirroja que vivía en mi vecindario, su nombre era Sarah. Ella era un poco tímida con todos, recuerdo que cuando ella llegó teníamos 8 y su familia venía de muy lejos, recuerdo con nostalgia esas pecas marrones y juntas que tenía en sus mejillas, que hacían un recorrido hasta sus hermosos ojos color miel. 

Sarah siempre llevaba una bufanda en su cuello, padecía de un problema en sus cuerdas vocales, su voz era un poco ronca pero al igual que Olivia ella tenía una risa muy hermosa, era una buena chica. Una vez quedamos en ir al parque más cercano de a nuestras casas, nos sentamos en las bancas a mirar el lago, y a ver a los colibríes yendo de nenúfar en nenúfar jugamos a lanzar rocas al río detrás del parque. Mis mejores memorias están con Sarah, en la primaria éramos los mejores amigos, hasta que en un accidente ella tuvo que irse de la ciudad, ya que sus padres encontraron un tratamiento para mejorar su voz fuera de nuestra ciudad. Donde quiera que esté, mis memorias estarán con Sarah, así como el colibrí en el nenúfar recordaré cada momento con ella y su dulce risa.


Soulmate- Larry-(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora