Te esperé

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Te esperé con la sangre detenida

sobre el silencio en ascuas de tu ausencia.

Te esperé soportando la existencia

como un lebrel al pie de tu partida.

Te esperé casi al borde de la herida

y a dos pasos no más de la demencia.

Te esperé en la angustiosa transparencia

de aquella noche en el reloj vencida.

Pero qué inútil la mortal espera:

Sin pensarlo cité la primavera

cuando el invierno helaba mis rosales.

Y hoy que casi olvidaba tu presencia,

me estoy enamorando de tu ausencia

a través de mis propios madrigales.

"Un Poeta Enamorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora