Capítulo 1

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    Elizabeth Dunne miraba distraída a través de la ventana mientras sus queridas pero atolondradas primas no paraban de hablar sobre el siguiente baile y la boda que en tan solo dos semanas se celebraría. Mientras veía como resbalan las gotas de lluvia por el cristal no podía dejar de pensar en aquellos ojos grises fríos, que la aturdieron mientras dormía.

Dios del cielo, se dijo así misma, no han pasado veinticuatro horas desde ese encuentro y ella ya estaba como una completa idiota pensando en ese ridículo topetazo.

No podía olvidar a Lord Townshend y sus irritantes ojos fríos con los que la vio la noche anterior, mientras se disponía a salir a la terraza harta del tedioso baile que sus primas habían insistido en acudir, le gustaban sus primas Emma y Lisa pero podían ser realmente insistentes cuando traían algo entre manos, tratando de tomar un poco de aire fresco salió y la terraza y fue allí donde tan estúpidamente interrumpió a todas luces un encuentro amoroso entre el mujeriego marqués de Townshend y la nada difícil Lady Butler quien se rumoraba haber cazado un amante tan solo a dos semanas de su ventajoso matrimonio con el ya pasado de años Lord Butler. Él marques besaba con desenfreno y pasión a la deseosa mujer que arqueaba la espalda cada vez más, profundizando el beso que al parecer ambos disfrutaban, sintiendo como una idiota presenciando aquella escena tan íntima dio media vuelta tratando de huir sin ser vista, su ya aceptada mala suerte dijo presente haciéndola tropezar y caer sin una gota de elegancia. Quiso en ese momento que la tierra se partiera en dos y se los tragara a ellos, ella definitivamente necesitaba de un respiro del salón, lo menos que pretendía era interrumpir tan caluroso encuentro, pero como la dama de buena cuna que era se levantó con la dignidad de una reina, irguió la espalda cuadro los hombros y saludo a la pareja.

- Lady Butler, Lord Townshend. Saludo con dulzura - siento interrumpiros, pretendía tomar un poco de aire fresco. Dijo con una sonrisa llena de intensión

Lady Butler lazo una sonrisita maliciosa mientras Lord Townshend inclino la cabeza y la miro con todo el desdén del que fue capaz. Haciendo acopio al mal genio que traía no se dejó amedrentar y lo miro directo a sus ojos con un claro desafío en su mirada que por un momento pareció desconcertarlo logro recomponerse y continuo mirándola como menos que un gusano, Eli sabía lo que había logrado se irguió en su poco favorable, uno cincuenta metros de altura y dibujo una sonrisa de triunfo y salió con paso majestuoso del lugar.

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Es una chiquilla malcriada, eso es lo que es una malcriada, sirviéndose una copa de coñac que ya sumaban cuatro no paraba de maldecir recordando la noche anterior, hacía dos años que conocía a esa mocosa y cada vez que cruzaba su camino lograba arruinarle la noche con esa lengua viperina que cargaba o esa mirada que lo hacía sentir desnudo, desde que Lady Elizabeth lo había descubierto con la deliciosa Anna o como la sociedad la llama Lady Butler, su humor estaba empeorando lo que más lo irritaba, no era el hecho de ser interrumpido, de una nada aburrida cita amorosa, era ese claro desafío que miro en los ojos de ella, y que había visto más de una vez, esa sonrisa de triunfo que lo sulfuro hasta lo imaginable y que logro excitarlo como un colegial.

Hace dos años que conoció a Lady Elizabeth era indiscutiblemente hermosa con su cabello de fuego y profundos ojos chocolates que lograban derretir a la mayoría de la nobleza pero a él no. No le interesaban las virginales y tímidas señoritas que reían tontamente de los comentarios más insulsos que podían escuchar. No, él prefería mujeres hechas y derechas que conocían y disfrutaban los placeres que un lecho les podían ofrecer. Ese pensamiento hizo que su mal humor regresara no entendía como esa mocosa logro afectarlo en un microsegundo y peor aún que ella con esos perspicaces ojos lo notara.

Tenía suficientes problemas consigo como para permitir que aquellos ojos chocolates nublaran su mente, esta noche en el baile le daría a la chica una razón para pensarlo dos veces antes de desafiar a un hombre como él. Una sonrisa comenzó a extenderse en sus labios.

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2015 ⏰

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