Llego a mi casa y no tenía a nadie. Solo mi odioso hermano, siempre faltaba a clases, siempre estaba en su mundo, amaba el futbol gracias a eso tiene un cuerpo que en verdad admiro, es lo unico que me agrada de el, por lo demas es un completo fastidio, en fin. En cuanto llegue a casa subí a mi habitación y coloque la musica a todo volumen era la unica forma de pensar en mi primer día de escula. Ya habia un chico en mi mente, obviamente tenia que ser el estupido que no sabia caminar. En mi momento de meditacion mi hermano toca a la puerta y como todos los días no era nada importante.
-Hey Alice.
-¿Qué quieres Alex?
-Necesito que me prestes dinero.
-No voy a prestarte mi dinero para que te emborraches con tus amigos.
Cerro la puerta con tanta fuerza que la cerradura se rompio. No le pare mucho a lo que habia sucedido. Asi que decidi que pensaria mejor en la playa. Tome el auto de mi hermano y me fui, a el le molesta enserio que lo tome sin permiso pero se siente bien manejar joven.