El lunes me desperté más pronto de lo habitual y ya no conseguí conciliar el sueño, de modo que me levanté y me asomé a la ventana para ver el paisaje. Había una ligera neblina que ascendía desde el suelo y envolvía los troncos de los árboles, dando un aspecto misterioso y fantasmagórico al bosque. Sentí un escalofrío y busqué a tientas mi chaqueta de lana para ponérmela sobre el camisón. Abrí la ventana para respirar el aire puro y fresco de la mañana. El bosque se extendía hasta donde abarcaba mi vista y me sentí ansiosa por explorarlo.
Me di una ducha y pasé más tiempo del habitual frente al espejo, incluso me sequé el pelo mechón a mechón y decidí llevarlo suelto. Ya me llegaba hasta la mitad de la espalda, tenía que pensar en cortármelo. Mi pelo era tan oscuro como el de mi padre, casi negro, pero a pleno sol sin embargo parecía rojizo, como el de mi madre. Intuía que algunos de los genes pelirrojos de mi madre yacían ocultos en mi ADN, pero sin lugar a dudas predominaban los de mi padre. Yo era pálida como él y no tenía pecas como mi madre, sino que mi rostro era pálido y liso como el mármol. Tenía un rostro hermoso, pero no era bonito como el de una muñeca, sino más duro. Mis ojos verdes, también una réplica de los de mi padre, eran enormes y penetrantes, pero siempre me habían parecido fríos. No tenía un rostro cálido, lo sabía, pero iba bien conmigo, yo tampoco era una persona cálida, sino arisca; todo lo contrario a mi madre, por supuesto, ella era cariñosa y simpática y su aspecto era angelical: pelo rojo ondulado, enormes ojos azules, graciosas pecas por todo su rostro y sonrisa de anuncio. También era más alta que ella, aunque no alcanzaba la estatura de mi padre, que había sido un tipo alto y fuerte. Era delgada, pero tenía músculo y últimamente mi cuerpo estaba en pleno cambio y empezaba a adquirir formas más redondeadas.
No solía dedicar tanto tiempo en arreglarme, pero hoy era mi primer día en un lugar nuevo y quería pasar desapercibida, pero ¿cuál sería el aspecto que pasaba desapercibido en este instituto?
Cuando bajé a la cocina me sorprendió comprobar que mi madre se me había adelantado y que ya estaba terminando de preparar el café y las tostadas.
–¿Qué?, tú tampoco has conseguido dormir demasiado hoy, ¿no?–me preguntó.
–Así es–admití.
–Es normal que estemos nerviosas, hoy nos espera un día difícil–admitió con una sonrisa–. Pero tranquila, estoy segura de que todo nos irá bien–.
–¡Seguro!–respondí con escepticismo.
–Hoy estás muy guapa–puntualizó, dedicándome una sonrisa.
El comentario de mi madre me preocupó, quizás me había excedido con mi indumentaria. Repasé mentalmente, me había puesto unos simples vaqueros azul marino, pero había elegido para combinarlos una blusa entallada de color verde musgo que quizás vestía demasiado para ir al instituto y me había atrevido a conjuntarla con una gargantilla y unos pendientes con piedrecitas del mismo tono. Sí, quizás me había preocupado demasiado por mi aspecto.
–Creo que debería ir a cambiarme–dije, preocupada.
–No lo hagas, realmente estás genial. Ese color hace destacar muchísimo tus ojos–me aseguró ella.
No estaba muy convencida con mi atuendo, pero comprendí que hoy nada de lo que me pusiera me parecería adecuado y me sentí estúpida por preocuparme de algo tan superficial como mi aspecto. Eso no iba conmigo, siempre había pasado de las opiniones de los demás respecto a mi indumentaria, seguía mi propio criterio en lo referente a mi estilo. Mis padres me habían enseñado que lo importante era que fuera yo misma y siempre me había sentido orgullosa de ser lo que era y de no dejarme influenciar por las opiniones ni las críticas de los demás. Además, si nunca antes me había preocupado lo que pensaran mis antiguos compañeros de clase sobre mi imagen o mi forma de ser, no debería importarme en absoluto lo que pensaran de mí unos completos desconocidos.
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INICIACIÓN. SAGA TRÍADA
FantasyRebecca Dillen , una joven inglesa de diecisiete años, se ve obligada a trasladarse a Portland tras la muerte de su padre. Allí es atraída inexplicablemente al círculo de los Darcey, la élite de su nuevo instituto. Los hermanos Darcey son como la n...