Me sentía como en los cortos de una película de desamor, me sentía mal tan solo esperaba a que algo bueno llegara, y cuando estaba a punto de hacerlo, sentía como si perdiera la memoria, había llegado el día de mi boda, realmente no podía creerlo. Pasaban facetas de mi vida por cada latido de mi corazón, cada respiro.
Bruno, Bruno era muy especial para mi, una persona detallista pocas de esas que te encuentras en el mundo como muchos dicen por eso tenia que corresponderle como decía mi madre, pero el solo era alguien al le tenía mucho cariño y afectó, pero ningún sentimiento mucho más grande como para casarme con el, agg ¡Demonios! ¡Qué hago!
7:00 am
Abro los ojos, estiro mis brazos, bozteso un poco y comienzo arreglarme el cabello trato de encorbarme saco el pie derecho de las sabanas y lentamente busco mi pantufla para después pararme completamente sorprendida. Ya qué había un regalo, bueno no exactamente un regalo, si no, una caja blanca justo en mi tocador con una nota que decía:
_He esperado este día con ansias espero y te gusta, te amo.
Atte: Bruno.
Al abrir la caja me percato que es un vestido de novia muy poco convencional, por un rato me quebré la cabeza pensando como se ponía, por que era demasiado diferente a los vestidos que yo solía ver en las tiendas.
