Comisaría de la policía
-Buenos días Pedro, ¿qué tal has dormido hoy?
-Buenos días inspector, mucho mejor, gracias por preguntar.
-Hoy me siento con muchas fuerzas, ya lo tenemos, seguro que va a por la familia, vamos un paso por delante que él, él no sabe que tenemos esos fragmentos del diario. Y ahora apresuremonos no me gustaría llegar y que sea demasiado tarde.
Afirmó el inspector con una sonrisa de satisfacción.
Coche de la policía
-Inspector, ¿dónde vamos primero? La familia Martínez vive separada, los hijos ya son independientes y tienen su propia familia.
Preguntó Pedro.
- Primero iremos a la casa de los padres que está más cerca.
Respondió el inspector.
- De acuerdo.
Casa de los Martínez
-Pedro, tú quédate atrás y deja que pasemos primero los más expertos.
Pedro suspira y se echa un paso atrás.
La policía llevaba puestos los chalecos antibalas y las pistolas estaban cargadas. Picaron a la puerta y nadie respondía, sin embargo se escuchaba el ruido de la tele, advirtieron de que eran la policía y exigieron que se les abriese la puerta, pero nadue abrió. Después de varios avisos se imaginaron lo peor y derribaron la puerta. Aquella imagen se les quedaría grabada en la mente mucho tiempo, después de ver aquello el inspector se vino abajo, pidió a la policía que registrase la casa y después le pidió a Pedro que entrase. Aquella imagen perturbadora no se le olvidaría fácilmente, llegaban tarde. Al entrar a la casa todo parecía normal, pero al pasar por el dormitorio estaban todos los muebles por el suelo como la última vez y una silla colocada en un punto desde donde se podía ver toda la habitación, era el mismo modus-operandi, al pasar por el cuarto de invitados se dio cuenta de que estaba igual que el dormitorio, los muebles tirados por el suelo y una butaca situada para ver el espectáculo, lo raro, es que ninguno de los cadáveres estaba en las habitaciones. Cuando llego al comedor, donde le esperaba el inspector, todo cobró sentido, allí estaban los dos, sentados en el sofá, con la televisión encendida y los párpados cerrados no hacía falta comprobar si estaban muertos, la sangre en su ropa lo decía todo. El cegador había preparado hasta el más mínimo detalle para hacer de aquel asesinato algo tan siniestro, incluso había puesto a la pareja de la mano.Pedro fue al labavo a lavarse la cara y a continuación volvió para ayudar al inspector.
-Pedro,yo creo que está muy claro como murieron pero los forenses se los llevaran a ver si pueden decirnos algo más. Ahora dejemos que los técnicos registren la casa en busca de pistas.
-De acuerdo.
Depósito de cadáveres
-Buenos días, ¿ha encontrado algo en el cuerpo de las víctimas que nos pueda ser útil?
Preguntó el inspector.
-Por lo que he podido ver las víctimas han muerto de la misma manera que la señora Carmen, lo que te puedo decir es que la mujer murió un rato antes que el hombre. Y he encontrado restos de madera en las uñas del hombre, yo creo que lo encerró en la habitación mientras mataba a la mujer y el intentó arañar la puerta con intención de salir de allí, a parte hay indicios que demuestran que hizo un gran esfuerzo físico minutos antes de su muerte osea que intentó escapar de aquella habitación al escuchar los gritos de su mujer. También os puedo decir que murieron poco antes de que llegaseis vosotros.
Afirmó el forense
-Muchas gracias.
Agradeció el inspector
-El asesino se ríe de nosotros, seguro que nos oyó llegar y se largó tranquilamente.
Dijo Pedro muy nervioso
-Tranquilizate Pedro, lo cogeremos.Por cierto, ¿has mirado en la cavidad de los ojos?
-No, ahora te lo miro.
Respondió el forense.
El forense se colocó bien sus guantes de látex, se acercó a la mujer y le levanto los párpados suavemente, y metió los dedos en busca de alguna pista y efectivamente allí había una nota, el forense la limpió como pudo y se la dio al inspector con unas pinzas. El inspector la cogió y leyó:
Una muerte justificada, no como la de mi pobre hermana.
Antes de terminar de leer la nota el forense ya había encontrado otra en la cavidad ocular del hombre. Cuando el inspector terminó de leer la nota se la pasó a Pedro y cogió la que el forense acababa de coger. La nota del hombre decía así:
La próxima vez ves con más cuidado mientras conduzcas.
- Gracias por la información, si encuentra alguna novedad no dude en llamarnos. Pedro, vámonos, me han llamado de comisaría y quieren que vayamos.
Comisaría de la policía
-¡Inspector Torres! ¡Pedro! Vengan a mi despacho porfavor.
Ordenó el capitán
-Quería contaros que ya sabemos como salió el señor Salgado de la cárcel. Una vez trasladado a la cárcel Álvaro solicitó un abogado, tras unos años el abogado consiguió suficientes motivos para solicitar una revisión de su caso y resulta que en el informe forense constaba la hora aproximada y el día de la muerte de sus padres,pues bien, resulta que murieron la víspera de su décimo tercer cumpleaños, osea que todavía no tenía los trece años, que es la edad mínima para que se le considere responsable de sus actos. Dadas las circunstancias el juez decidió que Pablo debía ser liberado y se le entregó una gran suma de dinero por haber sido encarcelado injustamente según la opinión del juez.
-Muchas gracias capitán, mañana iremos a hablar con el abogado y con el juez.
Dijo el inspector
-¿Y qué hay de los hermanos?
Preguntó el capitán
-Hemos llamado para contarles lo de sus padres y les hemos dicho que corrían peligro, pero han dicho que ya han tenido suficiente con lo de sus padres y que no quieren nuestra protección.
Dijo Pedro
-¡¿Cómo que no quieren protección?! ¿Saben el peligro que corren?
Dijo muy alterado el capitán
-Nos culpan del asesinato de sus padres por no haber actuado antes, dicen que es algo que se podría haber evitado.
Dijo el inspector.
-Pedro ya puede retirarse.
Ordenó el capitán.
Pedro salió de la sala.
-Se está creando un escándalo público por culpa de el "cegador" o como se haga llamar, la gente comienza a dudar la eficacia de la policía. A partir de ahora trabajará más y más duro. Esto es una vergüenza para el cuerpo de policía osea que hagan el favor de atrapar a ese capullo de una vez. Ya puede retirarse.
El inspector trato de excusarse pero al ver que era inútil se retiró sin decir ni una palabra.
