❆ Uno ❆

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ESTE ES UN FRAGMENTO DE LA VERSIÓN EXTENDIDA  DE MI LOBO DE INVIERNO, LA VIOLENCIA SE HA MODERADO Y REDUCIDO EN CIERTAS ESCENAS. ESTA NOVELA CONTIENE LENGUAJE INAPROPIADO PARA CIERTAS AUDIENCIAS, SE SOLICITA DISCRECIÓN.

¡NO RAMANTICEN LA VIOLENCIA EN NINGÚN CASO! ESTO ES MERA FICCIÓN


   Mi Lobo de invierno

© 2021, Lilí Guatemala

Primera edición: octubre, 2021

ISBN: 9798499580165

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del titular del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos


Para mi mamá.

Si no fuera por tus tardes leyéndome cuentos, no hubiera descubierto mi pasión por la lectura y la escritura.

Tequiero


CÁPITULO 1. "Junior Mafioso"


Podía escuchar el riachuelo. Aunque estuviera cubierto de nieve y hielo, corría a borbotones. Mis pisadas en la nieve crujían como mor-discos y mis manos cubiertas con espesos guantes de lana teñida en purpura me picaban la punta de los dedos. Todo era de un blanco pulcro, evidentemente brillante y de paz infinita. Los pájaros canta-ban, los grandes árboles dejaban caer bolas de nieve que golpeaban con un ruido sordo... Todo era como de costumbre, frío pero cálido para mí. Buscaba con la mirada la pequeña criatura peluda que me hacía falta. Encontrarla en este paisaje sin duda era un reto.

—¡Dan! —le grité ansiosa de verlo saltar entre la espesura del bos-que, arremeter contra mí y darme las suaves y tibias lametadas que ya eran una especie de ritual entre ambos—. ¡Sal de donde estés! —volví a gritar, pero con mayor autoridad.

Ese lobezno blanco iba a saber con quién se metía.

Una rama rompiéndose me dio la señal que buscaba. Justo a mi derecha, el arbusto congelado se agitó. Giré y presté atención absoluta al movimiento. Mis mejillas ardieron por el frío y mi aliento subió en forma de vaho. Entonces contuve la respiración y esperé. Un gañido carente de fuerza me hizo esbozar una sonrisa de oreja a oreja. La figura pequeña y delgada de mi pequeño lobo saltó para derribarme. Al mismo tiempo, colocó sus patas delanteras sobre mi pecho.

Pude verle los fauces abiertos para dejar expuestos unos pequeños colmillos aperlados y de aspecto fino adornados con una lengua rosa-da y suave que le colgaba mientras se preparaba para darme un par de lametadas. Una carcajada estridente e infantil se me escapó cuando tocaron mis mejillas. Era tan caliente y resbaladiza que me hacía cos-quillas.

—¡Has vuelto a casa! —exclamé.

Me enderecé, tomé al lobo entre mis brazos y lo apresé para que no escapara de nuevo. Se revolvió, agitó la cola y dio saltos para seguir con su tarea; darle lametadas a toda mi pequeña y redondeada cara.

El cachorro salió de mis brazos para colocarse frente a mí y darme una charla que no entendí; gruñidos, asentimientos de cabeza, movimiento de cola y ojos saltones.

Mi Lobo de Invierno  [Fragmento de la nueva versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora