Capítulo 4

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Pensaba en cómo sería mi vida si tan solo nos hubiéramos quedado en Phorst. De verdad extrañaba el lugar donde había crecido, donde tenía a todos mis conocidos; aunque no estaba muy segura de haber nacido ahí. Mis papás no me hablaban del tema.



-¡Mamá ya me voy!- Le grité para que me escuchara, al parecer seguía en su recamara.

Salí sin saber si me habría escuchado o no, quería pasar por un lugar antes de llegar al colegio.




-Buenas, busco al señor Cristopher Wong.

¿Por qué hacían escritorios tan altos?, a medias veía a la señora.

-Sí, ¿Quién lo busca?.- ¿Por qué me mira como si estuviera perdida? pues no lo estoy.

-Soy su hija.- Alcé mi rostro orgullosa.

-Enseguida le comunico.


¿Por qué era tan seria? ¿Por qué hacía tantas preguntas?

Se había demorado mucho, y no quería escuchar el regaño de papá al verme aquí y no en el colegio.



Me dispuse a irme, cuando escuché a una señora buscando desesperadamente a mi padre. ¿Quién será? Se me hacía muy familiar. Era verdaderamente parecida a mí.
Ha de ser una tía que no conozco.- Pensé.




***




-Llega tarde señorita Wong.

No podía más, sentía que el aire no llegaba a mis pulmones.
No pensé que estuviera tan lejos del colegio.


-Quiero 20 abdominales y 10 flexiones de pecho. Veo que ya está aclimatada. Se cambia y empieza.

Su voz me estaba dejando sorda.


Me cambié sin decir nada. Nunca en mi historia había llegado tarde a una clase, y menos de deporte.



Me sorprendí al ver a Teo entre mis compañeras. ¿Había entrado a mi mismo curso?. Qué clase de pregunta era, es obvio. Regañé a mi mente.


Empecé hacer los ejercicios intentando no mirarlo, la verdad me alegraba que estuviera aquí, mis días de clase serían menos aburridos. Me había ayudado mucho, y eso jamás se me olvidaría.


-Hola. - Valla, pensé que no se acordaba de mí. -¿Así qué señorita Wong?- Su sonrisa me contagió.- Linda entrada.- Dijo casi irónico, me hacia reír al recodar porque llegue tarde.

-Tuve un pequeño inconveniente.- No fui capaz de mirarle, mi sonrisa no se borraba, y mis mejillas estaban sonrojadas, y no precisamente por el cansancio después del deporte.

Sonrió al verme nerviosa. Terminamos los ejercicios juntos mientras hablábamos de la maestra. Todo era más divertido con él.



Mi mamá pasó por mí antes del receso, tenía una cita médica. Para mi mamá era muy importante mi control médico, lo cual me molestaba aveces, de verdad quería estar en este receso, y yo, estaba perfecta, no necesitaba un médico.











TEO





Tenía un gran presentimiento de que la chica del parque estudiaba aquí.

Mi primo y yo estábamos atrasados en un año. Cuando vivíamos en la misma ciudad juntos, perdimos el año en nuestro instituto por indisciplina, y aunque él siempre ha estado un año más adelante que yo, perdimos el año al mismo tiempo. Ese era el miedo de mi padre, que si al volver a estudiar en el mismo colegio, podríamos volver a perder el año.
No permitiría que eso pasara, no si ahora si me importaba mi imagen.

Para mi sorpresa la chica del parque no solo estudiaba en ese colegio, sino que también estaría en el mismo salón que ella.

Al entrar y no verla, no pensé que estudiara en mi mismo salón.
Cuando la vi entrando a la clase me puse muy nervioso, feliz por saber que estaría muy cerca de ella, y nervioso por saber que pensaría de mí al verme en su mismo curso.




-Hola Teo ¿Cómo va tu primer día?

Esa sonrisa de querer molestarme y esperar algo malo de mi parte, la podía sentir sin siquiera mirarlo.
No le iba a dar el gusto, él sabía que siempre encajaba, las chicas me buscaban; era un rey.
Aunque con la chica del parque era diferente.

-Muy bien, me he encontrado con la chica de la otra vez.- Sonreí victorioso. Había ganado.

-Hablando de eso, ¿has conocido a Geraldine?

-No, no hay ninguna Geraldine que yo sepa.- La verdad no sabía si habrían más estudiantes en el salón, yo recién entraba.

-Seguro no ha venido, no la veo por ninguna parte.

-Tú, Rococó ¿enamorado?- No lo puedo creer.

-Ella es diferente primo. No dejo de pensar en ella.

-Por lo visto hay muchas chicas diferentes y especiales en este colegio.- Esbocé una sonrisa.

-Para mis ojos, ella es la única en todo el colegio, y en mi mundo.



Whau, que cursi se estaba volviendo, esa chica debe ser de verdad especial.- Pensé.










GERALDINE




No podía creer que mamá pensara que estoy loca. Me trajo aquí con la excusa de que era un control médico.


-No necesito un psicólogo mamá.- Estaba desesperada, eso complicaría más mis problemas.

-Pero hija, has estado muy elevada últimamente, me preocupas.

-Estoy bien mamá. Y ya me quiero ir, por favor.


Estaba muy enojada, me perdí posiblemente el mejor día de colegio en mucho tiempo, ¡había visto a Teo de nuevo! Aunque no lo supiera ¿No lo podía entender?



Llegamos a casa y me dispuse a hacer algo de gimnasia, amo el deporte. Me puse mi traje. Distraída en el barandal que lleva al patio, me puse a pensar en Filph; no lo había visto desde el sábado. Con todo lo que me ha pasado de Teo y Rocco, he olvidado mis sueños; y no sé si era bueno o malo.
Lo que si sé es que mi gato había desaparecido, y alguien se había encargado de que no me diera cuenta.









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⏰ Última actualización: Sep 04, 2015 ⏰

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