La Misión de la Visión

Capítulo 1

-¿Cómo te fué en el colegio mi amor?.- Preguntó mi madre emocionada.

-Bien mamá. Respondí con la cabeza gacha mientras revolvía mi almuerzo. No tenía mucha hambre.

-Tu maestra ha llamado. Me ha dicho que has estado callada todo el día. ¿Te pasa algo mi amor?.- Me preguntó algo preocupada.

-No he encontrado a nadie de mi agrado. -Respondí desanimada sin haber probado un solo bocado.

-En poco tiempo será tu cumpleaños, ¿has pensado en el motivo de tu fiesta?

-Mamá cumplo nueve años, no quiero fiesta.- Solo pensaba en que mis amigos ya no estaban para celebrar mi cumpleaños, me moría de ganas por hacer una fiesta. Pero no tenía sentido ahora.

Me levanté de la mesa dejando el plato medio lleno, dejé a mi mamá con la palabra en la boca dirigiendome a mi habitación. No quería ser grosera, pero las cosas que me estaban pasando, de una forma u otra, me hacía aislarme de la gente.

-¡Hola familia!. Entra casi gritando de emoción.- Sí, mi padre era muy emotivo.- ¿A que no adivinas lo que te he traído pequeña?. Casi cantó la última parte.

Bajé corriendo las escaleras llena de emoción por la llegada de mi padre.

-¡Hola papá!. Salté emocionada a sus brazos. Mi padre trabajaba hasta tarde, me recargaba de energía verlo, su sonrisa podía sacarme de cualquier pensamiento.

-Mira, te he traído un regalo.- Me tendió en sus manos una caja con pequeños agujeros. La abrí emocionada. Al ver lo que contenía me exalte de la emoción. Mi sonrisa se podía enmarcar en los ojos de la pequeña criatura.

-¡Un gatito! Grite emocionada.- Había querido uno desde que llegue a esta casa.

-¡Gracias papá!. Le di un abrazo que casi lo dejó sin aire.

Me fuí corriendo a mi habitación sin siquiera despedirme. ¿Qué nombre le pondría?. Al mirar sus verdes y profundos ojos, sin pensarlo susurré un nombre. Filph. Me perdí en su mirada. Su pelaje negro brillaba al compás de la noche. Me quede dormida observando al pequeño mirar fijamente las estrellas, era algo que realmente me daba mucha curiosidad.

***

-¿Tú eres Geraldine Wong?.

Levanté la mirada un poco confundida.

-S-si. -Dije algo nerviosa.

-Vas a cuarto año, ¿verdad?.

Tantas preguntas me ponían más nerviosa.

-Sí.- Dije un poco más segura.

Esos ojos verdes no me dejaban mantener la mirada. Mi mente sólo decía que era muy chica para enamorarme. Ni modo mente, sólo es un chavo que vino a presentarse.

-Soy Rocco, de quinto. Se presentó con una sonrisa muy agradable.

No supe que decir, ¿por qué me ponía nerviosa?. Piensa en Filph, piensa en Filph por favor. Trataba de evadir aquel momento, aunque sólo era mi mente. ¿por qué no me movía?.

ROCCO

Quería conocer a la niña nueva, todos la mencionaban como la niña loca del colegio. La observaba en todos los recesos desde que entró. Se me hacía muy agradable, me daba alegría verla; tenía algo especial.
Era verdaderamente hermosa. Su cabello rubio cobraba más brillo a los rayos del sol, sus ojos azules parecían reflejar el mar. Sin siquiera conocerlo, me podía sentir en las olas.

Siempre estaba sola. Aveces parecía hablarle al vacío, o se detenía a ver un punto fijo elevada por sus pensamientos. Lo que me daba curiosidad y muchas ganas de conocerla. Era diferente.

Me acerqué para hablar con ella, no aguantaba las ganas de mirarla fijamente.

-¿Tú eres Geraldine Wong?. -Pregunté seguro. De verdad quería conocerla.

-S-si. -Parecía nerviosa.

-Vas a cuarto año, ¿verdad?. -No se por que dije eso, ya lo sabía. Ahora yo era el nervioso.

-Sí. -Se le notó más segura.

-Soy Rocco, de quinto. -Dije con una sonrisa una vez noté que estaba más segura. Aunque no se por que, pero no me miraba.
No dijo nada. Unos minutos de silencio invadieron el lugar. Sin pensar solté. -Iré por el refrigerio, ¿quieres que traiga el tuyo?.

A los segundos respondió alzando su mirada.

-Sí, muchas gracias.

Me perdí en sus ojos un instante. Me dirigí a la cafetería con una sonrisa notoria. No podía creer que le había hablado.

Me di la vuelta para volver al sitio donde estábamos, y me encontré a Geraldine con los chavos de sexto. Parecía estar sonriendo. No sabía que pensar, lo primero que haría era recuperar mi lugar. Mi mente me retaba, ¿Acaso esos son celos?.

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Capítulo corto.
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