❌ Friendzone ❌ Zayn Malik.

Capítulo 10.

Zayn no había venido a verme anoche, como suele hacerlo. Raro.

Abby: dónde estás, pequeño saltamontes? No viniste a verme:(

Minutos después, mi celular syena indicando un nuevo whatsapp.

Zayn: no puedo hablar ahora, después voy a tu casa.

Malik me había ignorado. Ok. Eso esa doblemente raro. Decidí empezar mi sábado con música alta en mi cuarto, tratando de establecer un poco de orden. Mi teléfono suena, y, contenta y segura de que era Zayn; atendí.

- Zayn, tienes tres segundos para explicar por qué no viniste anoche a mi casa.-digo antes de que alguien del otro lado emitiera sonido.

-Asi que...Zayn iba a ir a tu casa a la noche...

Daniel.

- Uhm si, íbamos a...hacer un trabajo de investigación para historia.- agrego frotando mis manos en la tela de mi pantalón, nerviosa.

- Te veo en mi casa, ahora.

Mierda santa.

Lentamente bajo la música y me cambio, con el deseo de parar y retroceder el tiempo, y mirar el puto teléfono antes de contestar.

Yo sabía muy bien en dónde me había metido, y me convenía hacer lo que Daniel me pedía, porque no era precisamente lindo cuando se enojaba. Pero, no iba a ir sola.

Ally: Zayn, no vengas a mi casa. Si dentro de una hora no te mando un whatsapp, búscame en la casa de Dan.

Zayn: ni siquiera pienses en ir a la casa de Daniel.

Ignorandolo, y sabiendo que la doble tilde azul aparecería, partí a la casa de mi novio.

Una vez arriba del taxi, me puse a pensar. Pensé en el momento en que Zayn y yo discutimos en el baño del colegio, en donde aseguré, como si mi vida dependiera de ello, que seguía queriendo a Daniel como el primer día. Mentira. Lo aborrecía tanto que tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para verlo y no terminar de una vez por todas con él. Porque estoy segura de que él no aceptaría mi decisión. Me iba a pegar. De nuevo. Una lágrima, producto de la frustración, escapa de mi ojo izquierdo. La seco rápidamente, igual que la que luchaba por salir de mi ojo derecho.

Me bajo del taxi tras pagarle al taxista. Camino hasta el departamento y golpeo. Me abre rápido, y entro sin mediar palabra.

Veo que arriba de su mesita ratona hay un par de botellas de ron, una de ellas ya vacía.

-Así que te ibas a ver con Malik. En tu casa.- dice a mis espaldas, enfatizando esta última parte.- A pesar de que te dijera que no debías verlo.

Yo, sin mirarlo todavía, me giro sobre mis talones. Levanto la vista, encontrándome con su mirada, transformada por la rabia. Sabía qué hacer para tranquilizarlo:

-Si, amor, lo había citado para pedirle que no me buscara, que no me hablara nunca más. -digo acercándome de repente, y tomando su cara entre mis manos.

- Hace mucho que te prohibí verlo.-suelta. Puedo ver en sus ojos que está escrutando mi mirada, para saber cuánto era verdad y cuánto de lo que decía era mentira.

-Si, y no lo vi más. Pero dejé de hablar con él repentinamente, y creí que merecía una explicación, solamente eso.

Ojalá me crea, soy jodidamente mala mintiendo.

-¿Sabes qué, amor?- dice agarrando mis muñecas. Yo, sabiendo que no me había creído, cerré los ojos, presa del miedo.- No te creo una mierda.

Yo, haciendo fuerza y pegándole un rodillazo en su...zona baja, logré soltarme y corrí tratando de llegar a la puerta. Dada su rapidez, demás está decir que me alcanzó en un abrir y cerrar de ojos.

Me toma de los hombros, y me levanta. Me lleva hasta su mesa ratona, que hace minutos había observado. Empuja las botellas, que caen y se rompen. Toma mi cabeza, y la golpea contra la mesa. Y entonces, todo se vuelve negro.