Mi Maldito Hermanastro (Resubiendo)

Capítulo 1

Mi alarma suena a las 7 am, otro día más en mi aburrida vida.

Me levanto como puedo de la cama y me encamino al baño, después de ducharme y ponerme cualquier cosa, casi me pongo mi pijama otra vez, decido bajar a la cocina.

Allí encuentro a mi madre preparando el desayuno con un una hermosa sonrisa en su rostro, está feliz pues hoy se muda el famoso Luis, su pareja, espero que me pueda llevar bien con él. Soy capaz de hacer lo que sea para que mi mamá sea feliz.

Aunque pienso que eso de que se venga a vivir con nosotras me lo encuentro muy apresurado, digo mi madre lleva varios años conociéndolo y un año saliendo como pareja, pero de igual forma que se muden juntos y próximamente celebren una boda, es demasiado para mí.

En el fondo sé que pienso así por mi padre, hace seis años murió y aun no me acostumbro a su ausencia.

—Hannah—.Esa voz que me sacó de mis pensamientos, es mi madre llamándome.

—¿Qué pasa?—Pregunté.

—Sólo te quería decir que esta noche llega Luis, así que arréglate para recibirlo y recuerda que vamos hacer una cena especial. —Me dijo.

—Sí, Mamá. No se me olvida—contesté.

Tomé un plato y me serví de los huevos que ella había preparado, me senté en el comedor y empecé a comer en silencio.

Después de unos minutos mi mamá volvió a hablar.

—Por cierto, Luis tiene un hijo.

Oh oh.

—¿Perdona? —Pregunté anonadada— ¡mamá! —exclamé—. También tendremos a un niño viviendo aquí.

—No es un niño precisamente, te lleva un año. —Dijo ella.

Oooh.

Que incómodo será esto.

—Ya sabes así que compórtate, no quiero que ellos se sientan como si estuvieran invadiéndonos. —me miró con su cara de mamá seria.

Obvio que estaban invadiéndonos, pensé, pero no dije nada solo asentí.

Continué comiendo en silencio, mamá terminó, se despidió de mí y se fue a su trabajo; ella trabaja en una librería, de hecho allí fue donde conoció a Luis, ella me contó que él fue allí buscando la segunda parte de su libro favorito que resultó ser el favorito de mi madre también. Eso que dicen de que parece que el libro te estuviera recomendando a la persona, bueno pues Luis volvió días después para invitarle un café, intercambiaron números, empezaron a frecuentarse y voilà. Se enamoraron.

He visto a Luis muy pocas veces, así que no podría decir como es él, pero si mi mamá ha llegado a querer casarse nuevamente, eso quiere decir que ella lo quiere y confía en él.

Me pasé el resto del día en mi teléfono y viendo tv, realmente no me gustaba salir mucho de casa.

Sin darme cuenta ya eran las seis de la tarde, mamá había llegado hace un rato y estaba preparando la cena.

Yo subí a darme un baño, me duché, estaba tentada a ponerme un short y un top, pero como no quería hacer enojar a mi madre opté por ponerme un vestido negro que me quedaba justo encima de las rodillas, tenía mangas largas así que no se veía inapropiado para la ocasión.

Una hora después, justo a las siete en punto sonó el timbre.

Mi mamá me llamó para que baje a recibir a Luis; cuando llegué al pie de la escalera, abrió la puerta y ahí estaban.

Luis y su hijo. Me fije más en este último, que al verme mostró sorpresa por un segundo antes de poner cara de póker. Pero te atrapé.

—Buenas noches—habló Luis.

—Hola, cariño—contestó mi madre—los presento. Hija—me miró. —ya conoces a Luis—dijo y yo le sonreí educadamente a él.—y este es su hijo Joshua.

Miré al chico, tengo que admitirlo el pana estaba buenísimo.

—Hola, soy Hannah. —dije mostrándome segura.

—Joshua, un gusto. —dijo, entonces extendió su mano hacia mí.

En serio quería hacer un saludo tan formal, estreché su mano, él la apretó y me miró intensamente. Inmediatamente lo solté.

—Estoy segura de que ustedes se llevaran muy bien. —dijo mi madre sonriendo.

—sí, claro. Demasiado bien—murmuré y por la sonrisa que me dio Joshua creo que él  me escuchó.

Caminamos hasta la sala donde la mesa estaba puesta y la cena olía de maravilla, nos sentamos, mamá sirvió y empezamos a comer.

Mi madre y Luis hablaban de no sé qué, Joshua comentaba algunas cosas, pero yo me mantenía en silencio. Pensando que nada en mi vida volveria a ser igual, digo nada ha sido igual desde que papá se fue, pero ahora tendría a dos intrusos en casa, compartiría con ellos, ya no tendría la casa para mi sola cuando mamá trabajara ni podría andar con poca ropa. Mamá se iba a casar, eso solo lo hacía más real y complicado.

Me sentía sofocada. Necesitaba salir de aquí. Me levanté de la silla y tres pares de ojos se fijaron en mí.

—¿Pasa algo? —preguntó mi mamá.

—No, solo necesito ir al baño. Ahora regreso. —Dije y salí de ahí lo más rápido que pude.

Una vez en el baño me eché agua en la cara, necesitaba refrescarme, me miré al espejo, era muy parecida a mi padre y eso a veces no me agradaba porque simplemente me recordaba que nunca más lo vería de nuevo.

Salí del baño y en vez de volver a la mesa, fui a mi habitación. Lo más probable seria que mi mamá se molestara conmigo, pero estaba harta.

Me acosté en mi cama, tomé mi teléfono, me puse mis audífonos y mi playlist favorita empezó a sonar. Cerré los ojos unos minutos y cuando los abrí Joshua estaba parado en la puerta mirándome.

—¿Qué deseas? —cuestioné.

—Bueno, hermanita. Nuestros padres y yo te estamos esperando para el postre ¿No piensas bajar? —Preguntó.

—No soy tu hermanita, soy tu hermanastra. ¿Ok? —Dije con voz amenazante.

—Uff, la gatita sacó sus garritas. —Dijo en tono burlón.

—Jaja—reí sarcástica— tu a mí no me conoces y no sabes de lo que soy capaz. —Le dije.

—Tú a mí tampoco—dijo y se acercó a mi más de lo necesario—pero pronto lo haremos, nos conoceremos. —sonrió con malicia y se fue.

No me gustó lo que dijo ni como lo dijo.

Yo que estaba tan bien, sin hermanos y sin nadie que me molestara.