¿¡Me enamoré de mi mejor amiga?!

Ojos tristones y la zorra

Susume:

QUE - ACABA - DE PASAR?!

Me volví a lavar la cara, la tenia roja como tomate. Que chica mas extraña. Aunque supongo que es obvio que la mayoria de un internado para chicas, sean lesbianas ya que no hay un minusculo rastro de algún chico. Suspiré y me dirigí a la clase de Lengua.
"Genial, llegué a tiempo" pensé y suspire aliviada. Tomé asiento detras de todo y al lado de la ventana. Ahora que lo pienso...los protagonistas siempre se sientan al lado de la ventana...meh pura coincidencia.

Me quedé mirando la ventana hasta que llegó la profesora, una mujer de cabellos cortos hasta un poco arriba de los hombros, enrulados y se nota que era castaña pero se tiñió. Era bajita de unos 1,53? Aunque apesar de ser bajita quien sabe...tal vez de bastante miedo como la de Matemáticas.

-Alumnas, estan todas verdad? Les quiero presentar a una nueva alumna en la clase -decia con una sonrisa.

Entró una chica de cabellos hasta los hombros, castaños y algo despeinados, con un flequillo de costado que casi le tapa un ojo, los ojos son celestes algo tristones. También encima de la camisa del uniforme llevaba un buzo negro de mangas largas que tapaba sus manos.

-Ah...hola...soy Leyla Anderson...y vengo de Estados Unidos... -Se presentaba timidamente, obviamente estan las zorras que se rien-

-Bien, Leyla siéntate al fondo con Susume -dijo la profesora señalandome-

Genial, y si, es sarcasmo, aunque creo que no estaría tan mal, tal vez es buena compañía.

Leyla se acercó y se sentó a mi lado. Comenzó la clase y ambas no nos cruzamos palabra alguna, ella parecía nerviosa.

-Ah...hola -decía saludandola, pero mirando al pizarrón para que no me regañaran.

-H-hola... -saludaba timidamente mirando la mesa-

-Te pasa algo? -pregunte, nadie puede ser tan timido...o si?-

-N-nada nada...

-Leyla! -se escucho a la profesora gritar y golpear su escritorio- Supongo que puede improvisar un haiku, no? -un haiku es un tipo de poesia japonesa, de 3 lineas, de 5,7 y 5 silabas-

Leyla:

-A-ah... -me quede completamente helada, no sabia que decir o hacer, escucho como algunas hablan a voz baja sobre mi-

-Y bien? Adelante señorita Anderson, diga algo, o acaso no prestó atención? -Decía la profesora con una sonrisa triunfante, lo que causara que me ponga mas nerviosa, hasta el punto en el que casi comienzo a llorar- Un punto menos de concepto. -Se dió la vuelta y siguió escribiendo en el pizarron-

Sentía como se reían de mi a mis espaldas, quería salir corriendo al baño pero no podía. Simplemente me guardé el llanto y traté de prestar atención a la clase.

La hora pasó bastante rápido, tomé mi mochila y me fui rapidamente al baño antes de que mi compañera de banco me dijera algo. Al llegar al baño me puse a llorar, me odio tanto, ¿por que siempre se tienen que reir de mi? Estaba apunto de tomar un cutter del bolsillo de mi mochila, pero negué la cabeza y me lavé la cara. Salí con la cara un poco roja pero da igual.
Me dirigí a mi habitación en el tercer piso. Al entrar vi a mi "compañera" de habitación durmiendo en su cama, y "magicamente" aparecia siempre esa "peculiar" fruta a sus pies, si, una banana. Dejo el resto a su imaginación...
Asqueada me di la vuelta y me fui al tejado, al llegar me senté y me puse a apreciar de la hermosa vista...