Capítulo Dos - Definamos la Vaca

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La vaca simboliza todo aquello que te mantiene atado a la mediocridad.

Una vaca puede ser una excusa.

Una vaca también puede ser un pensamiento irracional que te paraliza y no te deja actuar.

En ocasiones las vacas toman la forma de falsas creencias que no te permiten utilizar tu potencial al máximo.

Las justificaciones, por lo general, son vacas. Éstas son explicaciones que has venido utilizando para justificar por qué estás donde estás, a pesar de que no quisieras estar ahí.

Como ves, las vacas pueden adoptar diferentes formas y disfraces que las hacen perceptibles en mayor o menor grado. En general, toda idea que te debilite, que te dé una salida para eludir la responsabilidad por aquello que sabes que debes hacer, es seguramente una vaca.

Las excusas son las vacas más comunes. Éstas no son más que maneras cómodas de eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad buscando culpables por aquello que siempre estuvo bajo nuestro control.

Sólo tres cosas son ciertas acerca de las excusas:

_ Si verdaderamente quieres encontrar una excusa, ten la plena seguridad que la encontrarás.
_ Cuando comiences a utilizar esta es excusa (vaca), ten la total certeza que encontrarás aliados.
¡si! Vas encontrar personas que la crean y la compartan. Ellas te van a decir, " yo se como te sientes porque a mí me sucede exactamente lo mismo".
_ La tercera verdad acerca de las excusas es que una vez las des, nada habrá cambiado en tu vida. Nada habrá cambiado acerca de tu realidad. Tu mediocridad seguirá ahí, el problema que estas evitando enfrentar mediante el uso de esa excusa permanecerá igual. No habrás avanzado hacia su solución, por el contrario, habrás retrocedido.

Las excusas son una manera poco afectiva de lidiar con el peor enemigo del éxito: la mediocridad.

Cierto tipo de pensamientos se convierten en vacas porque no nos dejan actuar y nos paralizan. Muchas veces son ideas que hemos venido repitiendo sin saber por qué. Ideas que escuchas de otras personas y la repetición y el tiempo las han convertido en dichos populares que no son más que mentiras revestidas de una fina capa de algo que se asemeja a la verdad.

Un ejemplo de esto es tan común idea de: " Yo soy una persona realista " ¿Si ves? Si le preguntas a una persona positiva si ella es optimista, con seguridad te dirá que si. No obstante, si le preguntas a una persona negativa si ella es pesimista, seguramente te responderá algo así:"Yo no soy pesimista, yo simplemente soy realista". Si te das cuenta, éste es un pensamiento que no sólo te impide ver tu propio pesimismo, sino que programa qué logras ver y no ver del mundo que te rodea.

El pesimista vive en un mundo negativo y deprimente, mientras que el optimista vive en un mundo positivo y lleno de oportunidades. Sin embargo, los dos están viviendo en el mismo mundo. Las diferencias que ellos observan son sólo el resultado de sus pensamientos dominantes.

Los pesimistas, por ejemplo, tienden a reaccionar negativamente en todo, casi de manera automática. Su visión de la vida y sus expectativas son casi siempre pobres. No obstante, ningún bebé nace con una actitud negativa, éste es un comportamiento aprendido o socialmente condicionado por el medio. Todos los días programamos nuestra mente para el éxito o para el fracaso, muchas veces de manera inconsciente.

La buena noticia es que así en el pasado hayamos permitido que nuestro entorno, o aquellas personas que se encuentran a nuestro alrededor, nos hayan condicionado para el fracaso, hoy podemos cambiar de actitud y reprogramar nuestra mente para el éxito.

Los pensamientos negativos son vacas que no sólo te mantienen atado a la mediocridad, sino que poco a poco destruyen tu vida. Generan fuerzas y sentimientos nocivos dentro de ti, que suelen manifestarse en males y aflicciones en el cuerpo, tales como úlceras, males del corazón, hipertensión, problemas digestivos, migrañas y otras aflicciones.

La Vaca - Dr. Camilo CruzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora