Capítulo Cinco - Cuando nuestras vacas han sido regalos de otras personas

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Curiosamente, muchas de las vacas que nos mantienen atados a una vida mediocre han sido obsequios de otras personas. Muchos de nosotros, con frecuencia caemos víctimas de las influencias negativas de otras personas; aceptamos su programación negativa (vaca) sin cuestionamientos. Al hacer esto, permitimos que siembren en nuestra mente falsas creencias que nos limitan física, emocional e intelectualmente.

Estas ideas han sido programadas por nuestros padres, profesores, familiares, amigos, o inclusive por perfectos desconocidos. Y lo único que ellas logran es hacernos creer que somos personas comunes y ordinarias, razón por la cual, hoy les resulta difícil creer que poseemos el potencial necesario para triunfar.

Es como si los fracasos del pasado hubiesen cerrado para siempre las puertas de la oportunidad de éxitos futuros. Sin embargo, ten presente que el futuro no tiene que ser igual al pasado. Tú siempre puedes cambiar, aprender y crecer. Tristemente, cuando la mayoría de nosotros nos graduamos de la escuela secundaria ya hemos sido casi que totalmente programados para la mediocridad. Sé que suena duro pero es cierto, y lo peor de todo es que de ahí en adelante nos acompaña una tendencia casi inalterable a aceptar la mediocridad en todas las áreas de nuestra vida.

Expresiones como:

Tengo una relación de pareja infeliz, pero yo creo que así deben ser todos los matrimonios.
Quisiera empezar una nueva carrera, pero ya estoy demasiado mayor para ello. Además, jamás hice otra cosa.
Odio mi profesión, pero debo estar agradecido que por lo menos tengo trabajo.
Tengo un pésimo estado físico, pero según escucho en los medios, así están la mayoría de las personas.

Todas estas expresiones denotan una aceptación de la mediocridad como alternativa viable.

Terminamos por aceptar matrimonios que andan bien en lugar de buscar una relación de pareja espectacular, porque desde pequeños hemos aprendido que los matrimonios espectaculares no existen, son casi imposibles, o si se dan, pues otra cosa seguramente va a andar mal. Y así muchas parejas viven durante años y hasta décadas, en matrimonios mediocres porque no creen que puedan hacer algo para cambiar esa situación.

Si desde temprana edad escuchaste en casa que querer tener más era señal de codicia y producía infelicidad y que lo más prudente era contentarse con lo poco que uno tenía, porque era mejor tener poco y ser feliz que querer tener mucho y ser infeliz, pues no te sorprenda que hoy tengas poco.

La repetición constante de expresiones como estás, pronto se las convierte en programas mentales que dirigen tu manera de pensar y actuar. Y recuerda que el hecho de que tus padres hayan elegido vivir su vida de acuerdo a estas premisas limitantes, no significa que tú debas hacer lo mismo.

La Vaca - Dr. Camilo CruzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora