Notaba una mirada intensa encima de mi mientras cogía a Elías de sus brazos.
-Gracias Andrés.-Sonreí.
-Adrián.-Rió.
-¡Es verdad!-Me estampé una mano en la cara.
-Tranquila. Puedes llamarme vecino. Así no te confundes.
-No, es que soy muy despistada. Pero me parece bien.-Sonreí.
-Eres del Instituto privado, ¿no? Nunca te había visto por aquí.-Dijo él iniciando un tema completamente diferente.
-Sí. Tu serás del público entonces.
-Sí.
Se formó un silencio un poco incómodo, pero de nuevo volvió a sacar tema de conversación.
-A mi hermana le has gustado mucho.
-Es muy buena niña.-Admití.
Se volvió a formar silencio.
-Bueno, creo que debería... Mañana tengo clase y...
-Sí, perdón por entretenerte...
-No, si no ha sido nada...-Interrumpí.
-Bueno.-Se acercó a mi y me penetró con la mirada.
-Hasta otra.-Exclamé desviando mi mirada y saliendo por la puerta.
Una vez fuera me giré y seguía ahí, de pie, mirando con una sonrisa torcida muy muy sexy. Me aparté de su campo de vista, y escalé el muro como pude con Elías en un brazo. Entré en casa, bajé rápidamente las escaleras, aunque sigilosamente y me adentré en el pasillo oscuro que llevaba a mi habitación. Coloqué a Elías en su cama; que estaba al lado de mi armario, y luego yo me tiré a la mía soltando un pequeño grito de deshago.
-Madre mía, tengo que contárselo a Ale.-Le dije a Elías mientras me miraba con una oreja torcida y la cara desplazada hacia la derecha.
*Skype*
*-¿No deberías estar estudiando jovencita?-Dijo Ale solamente descolgar la video-llamada.
-Sht, tía...
-¿Qué?-Dijo abriendo mucho los ojos.
-En teoría te lo tenía que contar mañana, pero...
-Suéltalo.-Me obligó.
-Hoy me ha venido una vecina con su hija y me ha pedido que la cuidara...
-¿Y bien?-Me interrumpió impaciente.
-Tiene un hermano que está que no veas...
-Así que un vecino buenorro, ¿eh? Que callado te lo tenías.-Dijo ella riendo.
-Lo fuerte es que Elías se ha colado por la ventana de su habitación, tiene todo el piso de arriba para él solo.
-¿QUÉ? ¿Y que has hecho?
-Me he colado por la terraza...-Se ríe.-Y me ha visto... Encima iba en pijama.-Se empieza a reír descomunalmente.
-No me hace gracia... He pasado una vergüenza... Me temblaba todo.
-Que pava eres.-Se muerde el labio.
-No soy pava, simplemente me ha intimidado con su penetrante mirada.-Exclamé poniendo énfasis.
-Me tienes que invitar a tu nueva casa y tengo que ver a tu vecinito nuevo.
-Ni lo dudes.-Le guiñé un ojo.
ESTÁS LEYENDO
Vecino
Romance“La única persona que necesitas en tu vida, es aquella que te demuestre que te necesite en la suya” — Oscar Wilde