3. Tenía una carisma que me atraía mucho.

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Notaba una mirada intensa encima de mi mientras cogía a Elías de sus brazos.

-Gracias Andrés.-Sonreí.

-Adrián.-Rió.

-¡Es verdad!-Me estampé una mano en la cara.

-Tranquila. Puedes llamarme vecino. Así no te confundes.

-No, es que soy muy despistada. Pero me parece bien.-Sonreí.

-Eres del Instituto privado, ¿no? Nunca te había visto por aquí.-Dijo él iniciando un tema completamente diferente.

-Sí. Tu serás del público entonces.

-Sí.

Se formó un silencio un poco incómodo, pero de nuevo volvió a sacar tema de conversación.

-A mi hermana le has gustado mucho.

-Es muy buena niña.-Admití.

Se volvió a formar silencio.

-Bueno, creo que debería... Mañana tengo clase y...

-Sí, perdón por entretenerte...

-No, si no ha sido nada...-Interrumpí.

-Bueno.-Se acercó a mi y me penetró con la mirada.

-Hasta otra.-Exclamé desviando mi mirada y saliendo por la puerta.

Una vez fuera me giré y seguía ahí, de pie, mirando con una sonrisa torcida muy muy sexy. Me aparté de su campo de vista, y escalé el muro como pude con Elías en un brazo. Entré en casa, bajé rápidamente las escaleras, aunque sigilosamente y me adentré en el pasillo oscuro que llevaba a mi habitación. Coloqué a Elías en su cama; que estaba al lado de mi armario, y luego yo me tiré a la mía soltando un pequeño grito de deshago.

-Madre mía, tengo que contárselo a Ale.-Le dije a Elías mientras me miraba con una oreja torcida y la cara desplazada hacia la derecha.

*Skype*

*-¿No deberías estar estudiando jovencita?-Dijo Ale solamente descolgar la video-llamada.

-Sht, tía...

-¿Qué?-Dijo abriendo mucho los ojos.

-En teoría te lo tenía que contar mañana, pero...

-Suéltalo.-Me obligó.

-Hoy me ha venido una vecina con su hija y me ha pedido que la cuidara...

-¿Y bien?-Me interrumpió impaciente.

-Tiene un hermano que está que no veas...

-Así que un vecino buenorro, ¿eh? Que callado te lo tenías.-Dijo ella riendo.

-Lo fuerte es que Elías se ha colado por la ventana de su habitación, tiene todo el piso de arriba para él solo.

-¿QUÉ? ¿Y que has hecho?

-Me he colado por la terraza...-Se ríe.-Y me ha visto... Encima iba en pijama.-Se empieza a reír descomunalmente.

-No me hace gracia... He pasado una vergüenza... Me temblaba todo.

-Que pava eres.-Se muerde el labio.

-No soy pava, simplemente me ha intimidado con su penetrante mirada.-Exclamé poniendo énfasis.

-Me tienes que invitar a tu nueva casa y tengo que ver a tu vecinito nuevo.

-Ni lo dudes.-Le guiñé un ojo.

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