Vecino

4. Es como si te estas muriendo, pero como no hay sangre nadie se alarma.

¿Para que volver a casa, si dentro de dos horas tengo que recoger a Nicole por el colegio?-Le dije a Ale.

-Vamos al "grill" a comer y ya está, solucionado.-Pone sus manos en la cintura.

Caminamos dos manzanas, el "grill" es un sitio de reunión para varios jóvenes de Agerrat, por las noches de los fines de semana es el único lugar dónde nos venden el alcohol.

Cruzamos la puerta y nos sentamos en la barra.

-¡Dos hamburguesas y patatas para nosotras, Marcus!-Gritó Ale.

Marcus es un amigo nuestro que no empezó el bachillerato ya que decidió trabajar en el "grill", creo que a Ale le gusta, pero no lo quiere aceptar, es muy testaruda.

Antes de que trajeran la comida, fui al baño. Salí y me miré al espejo, me lavé las manos y me hice una coleta. Salí y lo primero que encontró mi campo de visión fue un chico de tez muy pálida y el pelo negro. Era Jaime, el amigo de mi vecino, estaba viniendo hacia el baño.

-¿Marina, no?-Torció una sonrisa.

-Sí.-Respondí a secas.

-Hola.-Dijo.

-Adiós.-Sonreí sarcásticamente.

Continué andando y dejé atrás a aquel atractivo chico.

¿Que acababa de hacer? Me saludaba un tío bueno, de unos dos años mayor que yo y le daba largas? En realidad había hecho bien, por la mañana, me había parecido que se reía de mi.

Llegué a la barra, y ya estaban las hamburguesas ahí.

-Vamos, siéntate y come, me muero de hambre.-Exclamó Ale.

Asentí con la cabeza y sonreí. Le di un mordisco a la famosa hamburguesa del "grill".

-Mmmm.-Ronroneó Ale.

-Sí, se que está buena.-Le respondí.

-No me refiero a la hamburguesa.-Dijo ella levantando una ceja.

-¿Qué?

-Hola Marina.-Oí detrás de mi. Me giré, era Adrián. Oh, por fin me acordaba de su nombre.

-Hola Adrián, sonreí, y rápidamente me limpié la boca ya que tenía ketchup por todos los lados. Se rió.

-¿Sueles venir por el "grill"?-Me preguntó.

-Sí, voy...-Ale me dio una patada por detrás.-Venimos muy a menudo.-Sonrió.-Ella es Alexandra, mi mejor amiga.

-Adrián.-Le sonrió.

-Yo ti te conozco...Me suena tu cara...-Dijo Ale.

-Bueno, al no ser un pueblo muy grande...

-Sí, lo raro es que no hayamos coincidido antes.

-Ya, bueno... Creo que debería de irme. Jaime me espera, dijo mirándome. Nos vemos.-Se despidió.

Una vez cruzó la puerta, Ale me cogió la mano y abrió los ojos como dos naranjas.

-¿COMO NO ME HABÍAS CONTADO QUE TU VECINO ES UNO DE LOS MÁS POPULARES DE AGERRAT?

-Pero si solo has dicho que te sonaba, ¿como lo sabes?

-Me hacía la interesante, tonta.-Puse los ojos en blanco mientras lo decía.

-Y seguro que Jaime es el que yo creo, oh dios. ¿Estos han sido los que te han traído esta mañana? ¿Cómo no me he podido fijar?.

-Ay dios mío que pava eres.-Me río.

-Tu no sabes lo que tienes detrás.

-No va detrás mio.