Día tras día, patrullas parten hacia los tuneles del norte, y día tras día vuelven con alguna baja. Asesinados brutal e inexplicablementa. También subrimos otras bajas, vuelven vivos, pero dementes. Y aun así, solo así, solo enviando a nuestros amigos, vecinos y familiares ahí afuera es como comsegimos mantener a los ascuros alejados. Cuando nos quedemos sin gente para detener sus ataques lo bastante lejos, cuando llegen a la estación, estaremos acabados. Oigo Cómo la gente abla en secreto en la estación, dicen que solo prolongamos la agonía, que no hay esperanza de salvación. Pero Sukhoi, mi padrastro y jefe de la estación, aún cree en el milagro. Insiste, en que un viejo amigo suyo, Hunter, puede salvarnos. Hunter es miembro de la orden espartana, una hermandad de combate que ha jurado proteger
el metro de cualquier peligro. Nada causa temor en el corazón de esos hombres... al menos no había nada, antes que llegarán los oscuros.