Lo primero que viene a mi mente cuando me preguntan por mi madre, es verla en un escenario bailando radiante como el sol, hermosa como la luna, con sus trajes, con sus pinturas, con sus movimientos suaves como el viento, con esa elegancia tan propia de ella, con esos ojitos que recorrían al publico con pasión, con una sonrisa amplia para agradecer a los que la íbamos ver danzar como una muñeca de una caja musical.
Ella danzaba desde muy niña, su abuela la había animado a seguir su pasión cuando la vio moverse por primera vez al song de una bella melodía cuando tenia apenas tres años, la niña había ejecutado una pieza a la perfección, con espíritu y alma puesta en cada movimiento, así que fue en ese momento que mi madre comenzó la carrera que la llevaría a las estrellas.
Era una mujer muy persistente en todo lo que se proponía, ponía gran pasión en sus ensayos, intentaba superar su perfección a cada instante lo que la llevo a consagrarse a los veinte años como la mejor bailarina de su generación, se presentaba en grandes escenarios del mundo, siempre con una sonrisa en su rostro y la disposición para cualquier compañía de danza que la pidiera. Fue por esa época que conoció a mi padre, un joven soldado que la vio bailar y quedo completamente perdido en esa sonrisa radiante, Joaquin, así se llama el joven soldado, cortejo a la bella bailarina hasta que esta se rindió a los encanto de un hombre bueno, honesto, valiente y completamente enamorado de ella, se casaron y fueron completamente felices, ambos siempre complementándose a la vida del otro, ella siguió danzando y él siguió en el ejercito ascendiendo hasta que llego a comandante.
El día en que nací, la felicidad de mis padres fue completa, había llegado la consagración del amor de la bailarina con el soldado, en un pequeño bebe a la cual nombraron Ana, en honor a aquella abuela que había alentado a la bella bailarina. Veía poco a mi padre, pero los momento que pasábamos juntos era maravilloso, me regaloniaba, me mimaba y consentía como a nadie, jugaba conmigo y me leía historia, reía con cada ocurrencia mía y lloraba cuando me lastimaba, a pesar de estar gran tiempo fuera de casa sentía más cerca a mi padre que muchos niños que lo tenían todo los días en casa, sin embargo cuando tenia cuatro años, mientras contemplaba a mi madre en un ensayo llego un hombre vestido como mi padre, mi madre lo vio mientras realizaba un giro y se quedo parada en medio del escenario y pude oír claramente que pronuncio el nombre de mi padre antes de que la primera lagrima cayera por su rostro angelical, corrió donde mi y me abrazo fuertemente, aquel hombre traía la noticia de que mi padre había caído en combate, el funeral de mi padre fue realizado con grandes honores.
La joven bailarina quedo destrozada por la muerte de su amante militar, veía todo los días a mi madre mirando por la ventana mientras que las lagrimas consumían su ser, había abandonado todo, la partida de mi padre fue un golpe muy duro para ella, la miraba que iba hacer una niña de cuatro años apenas comprendía que mi papá nunca más volvería a jugar conmigo, volvería a reír de mis travesura a protegerme de los monstruos del colset, pero podía ver como la bailarina de cajita de cristal que siempre fue mi madre se quedaba sin cuerda.
Una mañana coloque la melodía que mi madre había ejecutado la primer vez que su abuela la había visto bailar, decidida a sacar la danza a la perfección, después de un tiempo la melodía le llego a los oídos de mi madre en su cuarto la cual bajo a ver de donde provenía encontrándome en el salón, bailando, me caía en cada giro, me tropezaba con mis propios pies y caí, fue en una de las caídas cuando me di cuenta que mi madre me miraba desde la entrada, con una amplia sonrisa en su rostro que llevaba meses sin verla, se acerco a mi y me levanto, ese día pasamos las dos juntas bailando aquella melodía hasta que la pude realizar a la perfección, ella rió todo el día, volvió a estar viva, al día siguiente nos levantamos temprano y fuimos a la tumba de mi padre, delante de ella mi madre prometió que seguiría adelante y me protegería, que por mi volvería a vivir hasta el día en que se volviera a reunir con sus soldado.
Mi madre volvió a los escenarios a hacer lo que la apasionaba y llenaba de vida, maravillosa, majestuosa, volvió la bailarina de cristal, pero con una pequeña compañera, comencé a presentarme con mi madre en grandes escenarios, ahora era parte del espectáculo y no un espectador, al igual que la belleza Elizabet, el nombre de mi madre, me apasionaba la música, ponía alma y cuerpo en cada coreografía, en cada movimiento, desde ese punto reconstruimos nuestras vidas desde la partida de mi padre, Elizabet no permito jamás que se me olvidara el recuerdo del bello soldado Joaquin, ambas eramos felices, crecía entre los escenarios y con las historias de mi padre, mi madre volvía a sonreír, mi mundo era perfecto cuando ya tenia quince años de edad, me presente en uno de los escenario mas importante del mundo, fue una noche mágica, mi madre bailo mas bello que nunca se perpetuo en la historia y yo pude estar a su lado, antes de subir le dedicamos esta presentación a mi padre, el momento era importante y ambas sabíamos que él estaría en las butacas aplaudiendo a sus bailarinas, la noche fue perfecta. Pero la vida es caprichosa podemos pasar de momentos magnifico a la pena más absoluta, al salir del teatro ya era muy oscuro, estaba lloviendo, pero nosotras íbamos riendo con un grupo de amigos, el auto no había quedado muy lejos del teatro, había que cruzar la calle nada mas.
Estábamos cruzando, cuando desde la nada apareció aquel automóvil, no sé como mi madre alcanzo a tomarme y tirarme, para protegerme, sin embargo el automóvil se la llevo a ella, recuerdo aquel ruido que hizo su cuerpo al chocar con el auto que la dejo a diez metros de distancia de mi, todo paso en cámara lenta cuando me vi en el suelo ella también lo estaba, grite mamá y me levante y corrí a su lado, llegue me arrodille a su lado y coloque su cabeza en mis piernas y llorando la llamaba, mi vestido blanco pronto quedo teñido carmesí con su sangre, le acariciaba su rostro suplicando que no me abandonara, fue en ese momento que abrió sus ojitos me contemplo un instante y me sonrió, me dijo " Nunca te dejaríamos solo pequeño pedazo de mi corazón tu padre, ahora me viene a buscar es hora que me junte con él, pero siempre estaremos cuidándote Ana, siempre porque te amamos, ahora déjame ir con mi soldado sol de mi soles" y cerro sus ojos con una sonrisa en su rostro.
Los diarios, las noticias y todos hablaban de la muerte de la bailarina más prodigiosa del siglo, muchas gente fue al funeral de mi madre, como había sucedido con el funeral de mi padre, pero yo me sentía sola, vacía, ambos se habían ido, alguien les había apagado la llama de sus vidas. Tuve que irme a vivir a la casa de mi bisabuela Ana, al campo ahí pasaba días enteros sentados en la entrada, consumida por las perdidas de mis padres, me sentía sola, a pesar que la abuela hacia de todo por animarme, una mañana ella se sentó a mi lado y me dijo "no estas cansada de que la vida se te vaya en lagrimas que no querían ellos, no estas cansada de abandonar el legado de tus padres mi niña, el pequeño pedazo del corazón de una bailarina y un soldado donde guardaron su legado" y se levanto y se marcho, pero lo que había dicho era cierto, el legado de la bailarina Elizabet y el soldado Joaquin estaba en mi, me seque las lagrimas, me levante salí al pueblo donde mande a confeccionar una cajita de cristal con una bailarina y un soldado bailando al song de la primera música de mi madre, la coloque en sus tumbas y continué el camino, baile hasta cumplir dieciocho y desde ese punto lo mezcle con una carrera militar, una apuesta que poco apostaron la bisabuela Ana aposto por ella, ahora tengo una carrera militar prometedora y una carrera de bailarina igualmente comprometedora siguiendo los caminos que alguna vez cruzaron mis padres, los cuales hoy son las luces que me iluminan.
FIN
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Cajita musical: Bailarina & Militar
Romance¿Qué es lo primero que recuerdas de tus padres? cuando te preguntan por ellos. Intentarías describirlos, decir algunas cualidades de cada uno, tal vez mencionar de que color tenían sus ojos, su tez o su cabello, pero rara vez dirías un recuerdo de e...