Parte III

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|*|

- Apuesto la mitad de mis ahorros a que los dos terminan juntos.

- Apuesto lo mismo a que tu tienes razón. -la chica sonríe y le lanza una mirada divertida.

Él la mira confundido, preguntándose por qué ella no lo había contradecido.
Era la primera vez que Marina lo hacía, de niños recordaba que discutían porque ella siempre le daba la contra, nunca estaban de acuerdo.

Volvió a girar su mirada hacia su hermano y a Alexa quienes seguían placidamente dormidos.

Esteban había salido con sus amigos cuando se encontró con Marina y él casualmente le informó que su hermanita se encontraba en su casa.

Media hora más tarde se dirigía a su casa con ella.
Al llegar saludaron a sus mamás quienes apenas les respondieron el saludo, volvieron a sumergirse en su plática.

Los dos se encaminaron hasta la habitación de Adri ya que no los habían encontrado en la estancia.

Esteban fue el primero en advertir aquella inusual y sorpresiva escena.
Se paró de golpe en la entrada de la pieza y observó con cierto asombro y confusión hasta que sintió a lado suyo nuevamente la prescencia de la castaña.

Entonces sonrió mientras se le ocurría la loca idea de apostar con ella.

Él aún no podía entender aquella escena donde su hermanito dormía en su cama con Alexa, una chica. Sí, estaban separados a una distancia considerable pero ¡estaba a menos dos metros de una chica! Su hermano nunca había sido bueno para relacionarse con el sexo opuesto. No sabía tratarlas.

Pero en cambio, Marina sonreía por su no tan falsa predicción de Adri y su hermana. Ya sabía ella que tarde o temprano iba a pasar.
Ella siempre había creído que hacían bonita pareja, a pesar de no haber sido los más unidos.

Se quedo unos segundos más viéndolos con una pizca de ansiedad por saber que pasaría con ellos en un futuro.

- Vamos -dice ella al chico saliendo de la habitación -Nuestras madres tienen que salir un momento -finaliza desaparciendo en la siguiente vuelta, dejando a un Esteban muy confuso.

|*|

Una molesta picazón comenzó detrás en su nuca e hizo que otra vez fuera conciente.
Adri subió uno de sus manos hasta su cabeza para aliviar la irritante sensación.

Luego de aquello, se estiro un poco haciendo un ronco sonido desde su boca. Había descanzado muy bien por lo que se sentía excelente, lleno de energía otra vez.

Pestañeó unas cuantas veces y se dispuso a poner sus brazos detrás de su cabeza, justo después de aquello, volteó ligeramente hacia su derecha y se sorprendió nuevamente al verla aún en su cama, dormida. Había olvidado todo aquel asunto.

Y se quedó una vez más pasmado mirandola en silencio, decidiendo si despertarla o no.

¿Cuánto tiempo llevaban dormidos? Se preguntó pero lo que más rondaba en su cabeza era en ¿cómo era posible que él se encontrara junto a ella? Solo a menos de un metro, unos centímetros que deseaba ansiosamente desaparecer. Su linda y delgada figura lo tentaba a acercarse y tomarla entre sus brazos y más tentación no podía ser el ver parte de su estómago al descubierto.

Que Dios le diera la fuerza de voluntad para no hacer algo indebido, por más pequeño que fuera.

Momentos como esos eran muy escasos para el chico, él no tenía la suficiente sencillez para tratar a una dama por lo que  estar tan cerca de una, y una muy bella, era algo casi imposible de lograr.

Un pequeño reencuentro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora