Unpredictable

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-Tengo un trabajo –Dijo Derek de la forma más molesta que pudo cuando Scott empezó su discurso semanal sobre el porqué todos debían estar haciendo algo con sus vidas.

Todo había empezado tres meses atrás cuando Chris Argent se detuvo frente a la manada para decir que estaba prohibido tener sexo en la reserva. Increíblemente todos se sintieron aludidos y tres días después Finstock los había reunido para una clase de sexualidad donde Peter Hale y John Stilinski fueron sus ayudantes y por ayudantes se refiere a sostener un pepino, un condón y repartirlos por todos los pasillos para que esos adolescentes hormonados entendieran que no se tiene sexo en lugares públicos.

Y sí, puede que su nombre también figurara en esa lista pero no por eso era un adolescente irresponsable. Tal vez un poco, pero solamente lo era cuando Stiles llegaba al loft con comida de la calle y un nuevo maratón para ver o simplemente se sentaba en sus piernas o le guiñaba un ojo... o sea simplemente Stiles porque Stiles le gusta y le gusta de todas las formas posibles.

Obviamente no le gustaba tanto cuando Scott los separaba en las reuniones de manada porque ese momento era para convivir entre ellos y fue de esa forma tan original con la que empezó a dar su discurso sobre el porqué tenían sexo en lugares públicos. Realmente no cree que haya sido su conclusión eso de que todos debían conseguirse algo que hacer pero tenía un poquito de razón.

-¿De verdad? –Derek hizo un gran esfuerzo por no sentirse herido cuando su pequeño novio lo miró detrás de una manzana de caramelo enorme.

-Sí –Respondió resoplando un poco –Empiezo en una semana.

-Pero en dos semanas empezamos el colegio –Se quejó Stiles abultando sus labios de tal forma en que nadie podía negar que era adorable. –Te necesito aquí las dos semanas.

-Stiles –No fue necesario que el lobo volteara para ver a Jordan negando con la cabeza como intentando que no dijera eso que ya había salido de su boca.

-Y yo necesitaba un empleo –Murmuró –Además, ya me harté de ese discurso de Scott.

-Te apoyo –Añadió Lydia buscando algún defecto en sus uñas.

-Eso es bueno, Derek –Anunció el pequeño alfa con una sonrisa orgullosa –Espero que te vaya bien en tu trabajo.

-Derek –Stiles lo miró con los ojos entrecerrados -¿En qué vas a trabajar?

Nadie respondió porque a nadie le importaba mucho la respuesta.

¿En qué podía trabajar Derek? ¿En un taller mecánico? ¿De policía? ¿De guardaespaldas? ¿En una biblioteca?

*

-Dice Scott que últimamente hueles a plastilina -Murmura Stiles recargando su cabeza en su hombro -¿Es verdad?

-No lo creo –Responde el lobo deslizando su mano por la espalda de su novio hasta el interior de su pantalón. Si no está haciendo mal las cuentas todavía tiene dos horas antes de que deba levantarse para poder preparar la cena y recibir al Sheriff.

Aún hay días donde no se cree que está con Stiles y que le quiere, no solamente por el sexo, sino que realmente le quiere y por querer se refiere a sentarse en un banco del parque con los dedos entrelazados jugando a ver quién encuentra la forma más ridícula en las nubes. Esos días son perfectos, igual que los días en los que llega a casa luego de un día de trabajo y hay dos platos de comida casera esperando con él junto con algunas preguntas sobre algebra porque resulta que a él si se le dan los números.

-A veces creo que hueles a pegamento líquido –La voz de Stiles adormilada choca contra su cuello erizándole los vellos de la nuca –Tengo mucha imaginación.

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