III

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Una tarde, cuando ya había transcurrido un mes y medio desde el comienzo de clases, estaban caminando por un bosquecito, cuando los dos vieron algo diferente en el suelo y se agacharon para agarrarlo. Cada uno tiro para desenterrarlo y descubrió que era una soga. Siguieron tirando y de repente... se chocaron. Ambos habían visto un extremo diferente de la misma soga haciendo que se encontraran en el medio. Estaban muy cerca uno de otro, tanto que Jack no puedo resistirse. Se inclinó sobre Valeria y posó sus labios en los de ella. Cuando se separaron, Jack empezó:

-Valeria, desde el día en que me invitaste a nadar y yo no acepté, que me gustás, y cada día me preguntaba cómo sería darte un beso. Nunca dejo de pensar e vos, ni en mi sueños. Sos extraordinaria. –

Valeria sonrió:

-Vos también sos genial – no dijo nada más, se había quedado sin palabras y tenía un nudo en la garganta. En cambió lo abrazó con todas sus fuerzas y él la volvió a besar.

Decidieron no contarles a sus familias sobre su relación y mantenerla en secreto.

Esto implicaba tener que comportarse como solo amigos, o vecinos ante los demás.

Al día siguiente, cuando fueron a la escuela, se saludaron y hablaron como si nada hubiese pasado entre ellos.

Era martes, y por la tarde Valeria tenía gimnasia a las 14:00 por lo que, como todos los martes y jueves, se quedaría en la casa de su mejor amiga, Josefina.

Después de almorzar se quedaron en el cuarto de Josefina charlando. Valeria sintió la necesidad de descargarse y contar su secreto confiando en que su amiga no lo divulgaría por ahí. Le preguntó:

-Jose, ¿puedo contarte mi mayor secreto y saber que no se lo vas a decir a nadie?

-Obvio nena, podés confiar en mí –

-Primero tengo que hacerte unas preguntas, ¿vos crees que yo soy linda y extraordinaria?

-Ay Vale, claro que sos linda y no solo eso, sos inteligente, buena, graciosa, simpática, si yo fuera un chico me encantaría ser tu novio – dijo riendo y prosiguió - ¡ah! Hablando de todo un poco, ¿sabés que me confesó mi hermano?- Santiago, el hermano de Josefina, tenía dos años más que ellas, y todas en el curso de Josefina y Valeria, se morían por él.

-¿Qué te dijo?

-Que de todas mis amigas vos sos la más linda y que él y sus amigos te estuvieron observando en los recreos.

-Ay, ¿en serio?, no lo puedo creer, ¿tu hermano dijo eso de mí?

-Sí, y esa es una mejor respuesta a tu respuesta que la que yo te dí

-Tenés razón – dijo sonriendo contenta.

-Bueno ¿y cuál es tu secreto?

-Ah, sí, ayer... Jack me... besó... y me dijo que estaba enamorado de mí. -Me preguntó si quería ser su novia.

-¿En serio? ¿Qué le dijiste?

-Obviamente acepté, es el chico más maravilloso de todos los que conocí, pero nuestra relación es totalmente secreta. Te la conté porque necesitaba compartir la noticia con alguien

-¡¡Ayyy!! Vale, que gran noticia, sos muy afortunada, Jack es un gran chico. Podés confiar en que guardare el secreto en caja fuerte. Pero lo que no entiendo es porque no aceptabas que te gustaba cuando te lo decíamos

-En realidad me gustó desde el primer día que lo vi, pero ese tipo de sentimientos me los guardo celosamente porque sé que sino todo el mundo se va a enterar y me va a cargar

-Sí, tenés razón, la verdad hiciste bien en no decir nada, sino ¿te imaginás si lo supiera Abigail?, mañana ya estaría enterado todo el pueblo – y se echaron a reír estruendosamente.

Valeria miró su reloj y dijo:

-Ya es hora, vamos yendo – fue a buscar sus cosas.

En el camino se cruzó con Santiago, quien la saludó con un beso en la mejilla, ella respondió a su saludo tímidamente y sonrojada, como no era común en ella, pero al enterarse de los sentimientos del muchacho hacia ella, no pudo evitarlo. Sin embargo su vergüenza hacia Santiago fue desapareciendo a medida que su noviazgo con Jack se fortalecía y a las pocas semanas parecía como si nada hubiese pasado y Valeria no supiera nada de lo que el hermano de su amiga pensaba.

Jack y Valeria pasaban mucho tiempo juntos, hacían los deberes juntos sentados en un tronco que había en un pequeño claro de un bosque cercano a sus casas. Tomaban mate y comían bizcochos todas las tardes que Valeria no tenia gimnasia.

Jack no iba a las clases de gimnasia porque se le complicaba con el transporte.

Los fines de semana andaban a caballo, o jugaban a la mancha o a la escondida con sus hermanas. Cuando jugaban a la escondida y las pequeñas contaban, ellos se escondían cerca para agarrarse de la mano o besarse sin que los vieran.

Una tarde, estaba Valeria en la casa de Josefina y esta última le dijo:

-Vale, tengo algo que decirte y también algo que pedirte.

-¿Qué pasa? – preguntó Valeria.

-Es que... ¿viste que el otro día la profe de historia me puso en grupo con Juan?

-Sí, pero ¿te molestó?

-No, nada que ver, pero trabajando con él descubrí que me gustaba y ahora no puedo dejar de pensar en él.

-Uyuyuy... o sea que estás enamorada – dijo Valeria sonriendo.

-Sí, eso creo – respondió Josefina tímidamente – por eso quería pedirte una cosa: ¿viste que Juan es el mejor amigo de Jack?, bueno ¿le pedirías a Jack que me averigüe que piensa Juan de mi?

-Obvio nena, claro que voy a hacerlo, para algo somos amigas.

-Ay, mil gracias Vale, pero por favor, no se lo digas a nadie más.

-No, no, top secret. – sonrió.

Al día siguiente estaba haciendo los deberes en el tronco y Valeria le dijo a Jack:

-Jack, tengo que pedirte un favor –

-Qué curioso, yo también a vos –

-¿En serio? – preguntó cogiéndole la mano – vos primero –

-No, vos primero.

-Bueno, está bien. ¿Viste mi amiga, Jose? – Jack asintió con la cabeza – a ella le gusta Juan, y como vos sos su mejor amigo me pidió que te dijera que averiguaras que piensa él de ella – Jack empezó a reírse - ¿qué pasa? ¿qué es tan gracioso?

-Bueno..., que Juan me pidió que te dijera que averiguaras que piensa Josefina de él

-No, no me lo creo, ¡que coincidencia! Bueno, entonces ya sabemos que decirles, ambos se gustan.

-Si, así es, como vos y yo – Jack tomó su barbilla entre sus dedos suavemente y le dio un dulce e interminable beso.


Ida y VueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora