La hija de Zeus - Percy Jackson y tú.

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Annabeth: Ok... Tu sabes que cada cien años hay una Máxima semidiosa nueva ¿Cierto?-asentí con la cabeza- Pues Paola fue la Máxima semidiosa de hace doscientos años...

Ella era hija de Poseidón. Había llegado a media sangre a la edad de quince años, su madre la trajo porque le asustaba no poder protegerla. La dejó aquí y nunca más volvieron a contactarse.

Paola era la típica chica tímida que se aísla de todo y de todos, ella no tenía amigos aquí, incluso varios campistas de atrevían a decirle antisocial y hasta le decían cosas feas como tonta, fea, idiota. Cosas sin sentido que la hacían sentir terriblemente mal. Según lo que dicen, ella intentó quitarse la vida varias veces, pero nunca lo logró. Ella siguió intentándolo hasta que el día llegó.

El día en el que se supo que ella era la Máxima semidiosa. Todos comenzaron a hablarle y a alabarla, como si nunca la hubieran herido.

Ella abusó de su poder, _____, lo usó para torturar a los demás campistas, a los que la habían molestado.

Ella se enamoró de otro semidiós, un hijo de Hades, y por alguna extraña razón lo torturaba más que a los demás. Ella creó esa sala en la que te encerraron hoy, la usaba como sala de tortura. Lo sé, escalofriante.

Como sea, ella tenía sirvientes que creían plenamente en que ella sería la "Máxima semidiosa eterna", osea que viviría por siempre. La alababan y hacían todo lo que ella les decía, incluso podrían llegar a suicidarse si ella lo mandaba. Estaban hechizados.

Ella había usado magia de sangre para hechizarlos. La magia de sangre es la más poderosa de todas, solo puede conseguirse en las profundidades del tártaro, y aún sigue existiendo. Por ejemplo, la puerta que tú dices que emana un brillo rojo, esa es magia de sangre. Esa puerta fue hechizada por Paola para que sus torturados no salgan de ahí. Incluso les enseñaba a sus esclavos a usarla, alguno de ellos debió tallar esa frase que tú has encontrado, y debió usar magia de sangre para que nunca puedan borrarla.

Ella murió poco tiempo después de haberse enterado de que era la máxima semidiosa, se encontró con tres toros de colquide al ir hacia el inframundo a por más magia de sangre. Una muerte trágica...

Yo: Vaya...-realmente no me esperaba que su historia fuera tan mala- ¿Y porque los Dioses están asustados de que yo siga los mismos pasos que ella?

Annabeth: Porque una máxima semidiosa tiene poder como para destruir el Olimpo entero, imagínate una máxima semidiosa que conoce y manipula la magia de sangre.

Yo: Pues que se estén tranquilos, porque no pienso seguir sus pasos-Annabeth me sonrió y puso una de sus manos sobre mi hombro-

Annabeth: Pues me alegra haberte ayudado. Y ahora me iré a dormir porque estoy que me desmayo-solté una risita-

Yo: Ve tranquila. Muchas gracias-ella asintió con la cabeza y se metió dentro de su cabaña-

Yo me puse de pie con cuidado y fui directo a la enfermería. Es de noche, así que supongo que estarán todos durmiendo y nadie vigilará el lugar. Me encamine hacia dicho lugar lo más rápido que pude. Espero llegar bien.

*-*-*

Una vez en la sala de cuidados intensivos, busqué la camilla donde reposaba sesos de alga. Me había olvidado completamente de que él estaba mal, incluso peor que yo.