Capítulo 1: Vuelta a empezar

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El paisaje de esas últimas horas seguía siendo el habitual. Todo había permanecido durante años inalterable.

Madres levantando las persianas y despertando a sus queridos retoños; ejecutivos de traje y corbata apresurándose a sus coches de lujo; vecinas chismosas que curioseaban en busca de algún cotilleo jugoso; y nos olvidemos de nuestra querida Teresa, tumbada en su cama disfrutando de la gama cromática del alba.

El amanecer, ese espectáculo majestuoso en el que se contempla una estampida de colores que tiñen todos los edificios de la ciudad. Le fascinaba por momentos mientras la luz invadía paulatinamente toda su diminuta habitación.

Tenía miedo a moverse un ápice y que todo aquello se desvaneciera antes sus ojos esmeralda. Esa hermosa estampa que nunca le había llamado la atención, pero que hoy le arrancaba una tímida sonrisa, no se volvería a repetir, o al menos no del mismo modo.

Lentamente se incorporó en su cama y, sin poder evitarlo, se le desplomó el mundo encima. Se mentalizó que debía ser fuerte, no sólo por ella, sino por los que más quería. Teresa necesitaba terminar de empaquetar sus últimos enseres, aunque no tenía prisa, debía de ser capaz de despedirse de toda una infancia, una vida, una historia.

El mundo de TeresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora