Capítulo 2: En marcha

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Lo tenía todo listo, todo asumido y estaba dispuesta a emprender una nueva aventura aunque en el fondo supiera que aquello no le gustaría.
Sentada en las escaleras de la entrada de la que había sido su casa, reflexionaba sobre lo que dejaba atrás mientras esperaba a que llegara Pedro.

Sabía que el camino hasta llegar se haría largo y pesado, más contando con soportar al estúpido de su cuñado. Era un sabelotodo, creía tener la solución a cualquier cosa y era capaz de intentar convencer de la Teoría de la Relatividad al mismísimo Einstein. Al principio te caía bien y te parecía un hombre simpático, siempre con una sonrisa, pero a medida que lo conocías descubrías su afán de protagonismo y de querer tener siempre la razón. Un claxon estridente la despertó de su ensoñación y una furgoneta gris platino apareció ante ella.

- Por fin - musitó Teresa.

- Hola, perdona pero había un atascazo... - dijo mientras se bajaba apresurado de la furgoneta.

- No te preocupes, ni me había dado cuenta de la hora - dijo ella a la vez que intentaba disimular la mentira que acababa de salir de su boca - Pongámonos en marcha cuanto antes.

- Bueno, ¿qué queda por llevarnos?

- Pues creo que sólo estas cajas de aquí. Todo lo demás ya lo llevamos ayer.

La conversación habitualmente duraba poco y la tensión aumentaba siempre que estaban a solas sin la presencia de Clara, la hermana de Teresa. En el fondo sabían que no se aguantaban mutuamente pero no lo habían llegado a verbalizar. No querían arriesgarse y herir a Clara, que con ilusión creía en la que realmente era una falsa relación de amistad que mantenían su marido y su hermanita pequeña.

Tras meter en el maletero las cajas en forma de Tetris, Teresa cerró la puerta de forja y pasó lentamente los dedos por la inscripción que lucía en la fachada de la casa. Había pertenecido a la familia desde hacía varias generaciones y había llegado a ser un hervidero incesante de gente entrando y saliendo a todas las horas del día. Hoy se ponía fin a su culmen y quedaba clausurada guardando todos aquellos fantasmas del pasado.

Se montaron en la furgoneta y se pusieron rumbo a la autovía.

El mundo de TeresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora