¿Divergente?

Capitulo 4

No pensaba decirle de una vez a esta mujer que era un bruja... De echo ni siquiera tenía pensado decirle, solo le diré que no tenía ni idea de como llegué hasta acá. Aunque esa historia de las facciones me hizo pensar mucho las cosas.

- ¿Me podrías repetir tu nombre?.
- Lily Potter.
- Tienes unos ojos muy bonitos, Lily.
- Gracias, señora Natalie.

Tenia mucho parecido con mi padre, James pero nunca llevé lentes, mi visión era muy buena pero los ojos... Tenía los ojos de mi madre de un color verde esmeralda, si tuviese el cabello rojizo que tenía seria idéntica a ella pero el mio es negro azabache.

- ¿Tienes idea de como llegaste aquí?
- Eh...

¿Le digo? ¿No le digo? Mejor no, así evito mas preguntas y enredos.

- No... No tengo ni idea.

Estaba por hacer otra pregunta cuando abrieron la puerta y entraron dos adolescentes, una chica y un chico. La chica tenia el cabello rubio y unos grandes ojos azules y el chico era un poco alto con el cabello y las cejas marrones, fueron hasta la sala y se detuvieron cuando me vieron.

- Hola mamá - dijo la chica - ¿Quien es?
- Beatrice... - dijo el chico en voz baja.
- Ella es Lily, Lily ellos son mis hijos Beatrice y Caleb. Ella tuvo un pequeño accidente, se dio un golpe en la cabeza y no recuerda como regresar a casa.
- Oh, un placer Lily - Caleb me extendió la mano.
- Igualmente, perdón pero ¿Puedo ir al baño?
- Claro, ve - dijo Natalie.

Fui directo al baño y cerré la puerta, me senté en el inodoro frustrada. ¿Como iba a pretender ser de algo que no soy por estos días? No soy muy atenta que digamos y ellos parecen serlo mucho, piensa Lily, piensa... ¡Eso es! Que tonta soy, puedo aparecerme de nuevo. Listo, todo solucionado ahora solo debo concentrarme. Cerré mis ojos y visualice el La Madriguera, sentí como si tiraran levemente de mi estómago y Sonreí.

Eso es, que tonta fui. ¿Por que no lo pensé antes? - pensé.

Cuando abrí los ojos se me borró mi sonrisa... Seguía parada en el baño de esa casa. Pero ¿Como era posible? Visualice a donde quería ir, sentí el tirón en mi estómago ¡Era para que ya estuviera en la puerta de la Madriguera! Me senté en el piso y apoye mi cabeza en mis piernas y no lo pude controlar, comencé a llorar. ¿Acaso esto significaba que me iba a quedar aquí para toda la vida? ¿Pude haber perdido mis poderes? No no, no puede haber pasado.
Me paré del piso, debía comprobar si de alguna manera u otra me había quedado sin mi magia. Me puse a ver que objeto podría atraer, algo no muy pesado... Esa barra de jabón. No necesitaba la varita si me concentraba lo suficiente

- Accio jabón - susurré.

La barra de jabón fue hasta mi mano, suspire de alivio. No había perdido mi magia pero... Aún así, ¿Como es que no podía volver a Londres? Me sobresalte cuando escuche que tocaban la puerta del baño.

- Lily, ¿Esta bien? - preguntó Caleb, el hinl de Natalie.
- Si, ya salgo - dije mientras limpiaba mis lágrimas.

Salí hacia la cocina donde se encontraban todos, había llegado el esposo de Natalie por lo que había visto. Era el señor que estaba en el centro, Andrew.

- Oh, hola Lily. ¿Como estas?
- Eh bien, gracias...
- Me alegro, bueno yo iré arriba un momento. ¿Podrias venir, Natalie?
- De acuerdo.

Me quedé con Beatrice y Caleb en la cocina, al parecer ellos estaban haciendo la cena.

- ¿Le ayudo en algo? - pregunté.
- No, no hace falta. Gracias - dijo Caleb.
- Insisto.
- Podrías ayudarme a cortar las verduras - dijo Beatrice.
- Bien.

Estábamos cenando, me sentía muy incomoda acá. Nadie hablabla a excepción de Andrew y Natalie que hablaban de su trabajo, ¿Como podían vivir así? Parecía que todo estaba controlado, revolvi mi pollo con verduras, era una comida muy sencilla la verdad... Como tenia ganas de una cerveza de mantequilla o un jugo de calabaza. Terminamos de comer y les ayudé a lavar los platos, era lo menos que podía hacer por lo que me han ofrecido.
Nos fuimos a dormir, Beatrice dijo que podía quedarme en la habitación con ella. Le agradecí y me acosté pensando en el día, me sería muy difícil conciliar el sueño esta noche.